-Tiene al sector revolucionado, o lo tenía antes del anuncio del paquete de 4 millones en ayudas.

-Lo que hemos percibido tras el anuncio es que se respira cierta esperanza. No estamos parados ni a verlas venir, hemos estado muy activos, hablado con mucha gente y explorando cómo flexibilizar condiciones para las ayudas.

-El problema es que hay muchas urgencias en el sector.

-Y las entendemos pero si quieres que las cosas salgan bien hay que aportar calma y serenidad y desde ahí, pero sin detenernos, es desde donde hemos trabajado. El reto inmediato que tenemos es publicar las ayudas. Las líneas serán las mismas pero todas irán con incrementos económicos y con condiciones de flexibilización.

-¿Son 4 millones en ayudas directas?

-Hay ayudas a la actividad cultural tal y como se estaban desarrollando pero también hay un fondo extraordinario de ayudas empresariales a las industrias culturales para sostener a las empresas y un plan de fomento de contratación y de estímulo de impulso cultural. Y luego hay alguna otra medida que queremos aplicar como la elaboración de un plan estratégico de la cultura elaborado con el tejido pero que dé estabilidad, que tenga duración, a medio e incluso a largo plazo. Si pudiera pasar de la legislatura mejor porque entendemos que eso es clave. En septiembre nos pondremos en marcha aunque no será inmediato porque hay que aunar consenso.

-¿Cuándo estarán las ayudas ya publicadas?

-Se van a intentar sacar cuanto antes pero tienen su tramitación que a ver si podemos agilizarla. Nuestro objetivo es que salgan inmediatamente.

-¿Se reactivará la Red Aragonesa de Espacios Escénicos que es una de las grandes reclamaciones del sector?

-Teníamos el convenio listo para la firma, una línea presupuestaria de 320.000 euros y vino la pandemia. No obstante mantenemos ese compromiso, ya veremos si administrativamente se puede formular igual y a ver cómo lo desplegamos pero que nadie dude que se hará.

-¿Dónde está el equilibro entre la actividad cultural y la seguridad sanitaria?

-Tiene que haber actividad cultural porque es una necesidad que la pandemia ha puesto de manifiesto. Desde el principio se ha reclamado y en formatos imaginativos y tenemos que hacer que los ciudadanos vuelvan a los espacios culturales. Para ello, hay que ofrecer confianza y seguridad. No habrá fiestas populares pero sí que puede haber eventos populares porque técnicos y programadores están muy preparados para hacerlo de otra manera y con arreglo a las medidas sanitarias. Es un equilibrio complicado pero hay que asumir que se va a quedar bastante tiempo y que debe ser revisable en función de la situación. Las instituciones debemos estar para eliminar incertidumbres en ese camino que va a ser complicado.

-Los promotores musicales se quejan de las restricciones para programar conciertos, ¿hay alguna solución?

-Hemos escuchado al sector, entendemos su reclamo pero aquí el criterio sanitario es el que es y no podemos sino seguir ofreciendo diálogo y explorar posibilidades de ir revisándolo pero es algo que excede a esta dirección general. Nunca hemos rechazado una reunión, estamos ahí porque hemos querido que la escucha sea un eje principal en esta situación inédita y desconocida y lo que se implemente tiene que tener un respaldo del tejido.

-Esta pandemia, ¿ha destapado carencias en el sector?

-Nos gustaría hacer de la cultura un motor de innovación. Estamos empeñados en salvar el presente pero es imprescindible elevar la mirada más allá, cómo hacer de la cultura motor de recuperación para el conjunto de la economía y motor de innovación. Hay que explorar esa vía, oferta formativa, foros de debate para repensar el papel de la propia cultura en el tejido...

-Todo indica que lo peor está por venir...

-Vienen tiempos muy complicados. En cuanto a la cultura es momento de interiorizar que o se sale unidos o el panorama es complicado.