La desbordante eclosión del patinete eléctrico en la movilidad de las ciudades ha llevado a tomar cartas en el asunto a la Dirección General de Tráfico y a ciudades como Zaragoza, que ve crecer los usuarios que adquieren uno en propiedad mientras ha permitido la instalación de empresas de alquiler sin tener una ordenanza específica que regule la problemática que ya generan en las aceras. Así, avanzan a distintas velocidades la tramitación a nivel nacional y municipal de una normativa que regulará por dónde circulan y dónde estacionan. Pero llegará cuatro meses más tarde la de Tráfico que la de la capital aragonesa.

La responsable de Movilidad, Teresa Artigas, calculó ayer que se aprobará «en febrero o marzo del 2019», y en paralelo, desde el área de Servicios Públicos, se licitará «antes de finalizar el año» la obtención de licencias para las compañías que ofrecen patinetes de alquiler y así limitar el número de empresas que pueden operar en Zaragoza. Ahora son cuatro y podrían reducirse a tres. Y, mientras, la DGT prepara un reglamento que ponga orden en este tipo de vehículos que aprobar en el mes de julio, tras pasar el trámite parlamentario.

MATRÍCULA Y CERTIFICACIÓN // Este futuro reglamento incluiría una clasificación que, en algún caso, conllevará la necesidad de que sean matriculados, con el consiguiente incremento del desembolso final para que puedan circular por las vías urbanas. Y este aportará datos a tener en cuenta para saber por dónde van los tiros, en línea con la normativa europea. Mientras la ordenanza específica de Zaragoza para patinetes apenas contemplará «seis o siete artículos» que regule la circulación en la vía pública.

Para el usuario ahora nada varía para adquirir uno de estos ciclos, pero cuando se apruebe el reglamento de la DGT, algunos deberán tener una certificación expedida por un laboratorio oficial, otros tendrán que estar homologados y matriculados como si de un ciclomotor se tratara y otros deberán salir de la circulación en vías abiertas al tráfico por incumplir la normativa de homologación o los requisitos para su certificación y registro.

Los planes de la DGT, según ha podido saber este diario, pasan por establecer cuatro categorías: juguetes, vehículos de movilidad personal, bicicletas eléctricas y vehículos de categoría L1e. Cada uno de ellos deberá cumplir una serie de requisitos que, a su vez, permitirán a España adecuarse al reglamento europeo 168/2013, que establece unas normas de fabricación y homologación para este tipo de productos. Actualmente, Tráfico solo dispone de una instrucción que fue dictada en el 2016 para salvar los muebles inicialmente, pero que se ha quedado corta visto el boom experimentado por el patinete y la bicicleta eléctrica.

Pero los ayuntamientos no pueden esperar tanto. Zaragoza ahora va a cumplir el trámite de realizar una consulta pública a los ciudadanos durante 15 días sobre asuntos como por dónde deberían circular o dónde estacionar estos vehículos, para aprobar a continuación el borrador de ordenanza que ya tiene elaborado, someterlo a exposición pública durante 30 días y armar el expediente para que llegue a la Comisión de Urbanismo y Movilidad y al pleno, como pronto en enero. Así, la aprobación definitiva llegaría casi al inicio de la primavera.

Pero en paralelo se van conociendo detalles de ese reglamento de la DGT con cuentagotas. En él, por ejemplo, ya se sabe que se pretende que los patinetes conocidos como hoverboard sigan siendo considerados como juguetes, aptos por tanto para menores, con una velocidad máxima de 6 kilómetros por hora y sin ninguna condición diferente respecto de la actualidad. Y podrán circular por las aceras.

En el segundo lugar se encuentran las segway, las ruedas o monociclos eléctricos y los modelos que se están llevando la palma, los patinetes eléctricos más habituales en las calles. Con velocidades máximas de entre 10 y 25 kilómetros por hora dependiendo de la vía. Así, tal y como señaló Artigas, el objetivo de Zaragoza es asimilar normativa, tanto en lo que respecta a la circulación como el aparcamiento, a la actual ordenanza que regula movilidad ciclista. Nunca por las aceras, por donde ya solo pueden ir, según la norma, «a velocidad del peatón».

Estos vehículos deberán tener una identificación y una certificación, aunque eso tampoco supondrá un impedimento para el usuario: deberá ser el fabricante quien obtenga la certificación antes de la venta y todos los patinetes del mismo tipo adquiridos previamente pasarán a estarlo con carácter retroactivo.

LAS E-BICICLETAS // En cuanto a las bicicletas eléctricas, que conformarán el tercer grupo, las normas también serán las que rigen para ellas en la actualidad con la misma salvedad que afecta a los patinetes eléctricos, la necesidad de una certificación por parte del fabricante. Su circulación se circunscribe a los carriles bici y a todas las calzadas, ya que los tribunales ya han eliminado la opción de usar calles peatonales o de acceso restringido.

Mientras, el cambio más importante lo experimentarán los ciclos, que pasarán a denominarse como de «categoría L1e», aquellos patinetes eléctricos que poco tienen de patinete y mucho de ciclomotor, de mayor peso y dimensiones que los primeros y también capaces de alcanzar una velocidad mucho mayor. Estos vehículos, tanto los que se compren a partir de entonces como los que se hayan adquirido con anterioridad, deberán ser matriculados y obtener una autorización para poder circular y conducir, y no podrán hacerlo por el carril bici, sino que solo estarán autorizados a ir por la calzada.

En su caso, estos vehículos sí podrán incorporar un sillín para el conductor. También podrán hacerlo los segway y aquellos vehículos con autobalanceo que permitan incorporarlo, pero no parece incluir a los patinetes eléctricos a los que algunos usuarios han añadido un gadget de este tipo para ir más cómodos.