La fiebre del litio ha llegado a España y ha desatado una auténtica ‘guerra’ entre comunidades autónomas, con rebeliones vecinales y de grupos ecologistas por el impacto ambiental que tendrían las explotaciones mineras en tramitación. Una de ellas se proyecta a cielo abierto, situada a solo dos kilómetros de Cáceres y que amenaza con arrasar el ‘pulmón verde’ de la ciudad.

El litio, conocido ya como el ‘oro blanco’, es el mineral de moda. Y ello, porque resulta fundamental para cuestiones tan dispares como construir aleaciones para naves espaciales, elaborar algunos medicamentos, preparar sistemas industriales de aire acondicionamiento y deshumidificación, producir caucho sintético o fabricar armas nucleares, pilas, vidrios, cerámica… Pero, sobre todo, es vital para fabricar baterías para los coches eléctricos. Y todo indica que el negocio que se avecina en este sector, clave en el proceso de transición energética, será gigantesco.

El ambicioso programa para fabricar coches eléctricos en España requerirá extraer toneladas del metal más ligero que existe, que ya figura en la lista de ‘materiales críticos’ para el futuro de la Unión Europea (UE). Las autoridades comunitarias pretenden reactivar la extracción de esos ‘minerales críticos’ para reducir la dependencia del exterior.

Dado que diversos estudios apuntan a que Europa necesitará casi 60 veces más litio que en la actualidad para afrontar con garantías la transición al coche eléctrico, este ligerísimo metal de color blanco aparece como una pieza clave para el futuro de la Unión.

El Gobierno español aspira a que se complete en el territorio nacional todo el proceso de fabricación de coches eléctricos, desde la extracción del mineral hasta el montaje final. Justo en este punto empiezan los desencuentros. El grupo Volkswagen abrió la caja de los truenos cuando, hace unos días, anunció que fabricará los coches eléctricos Seat más baratos en Martorell (Barcelona).

El Ministerio, en la encrucijada

Tras anunciar a continuación la ministra de Industria, Reyes Maroto, que habrá una fábrica de baterías, impulsada por un consorcio público-privado, “cerca” de la factoría barcelonesa de Seat, empezaron a llover críticas desde otras comunidades autónomas, que también aspiran a asentar esa actividad en sus territorios.

El presidente aragonés, Javier Lambán, manifestó su “decepción”, porque Aragón fue la primera región que se interesó por la fábrica de baterías. La Xunta de Galicia pidió al Ejecutivo central una rectificación para que todas las comunidades puedan competir “en igualdad de condiciones” para acoger la fábrica.

Pero la reprobación más contundente llegó de Extremadura: el alcalde de Cáceres, el socialista Luis Salaya, advirtió de que no consentirá que se “condicione y sacrifique el futuro de una ciudad extremeña, nuevamente, para favorecer el desarrollo industrial de otras zona del país”. Y es que son dos los proyectos que otras tantas empresas, Lithium Iberia e Infinity Litihium, pretenden impulsar justo al lado de la capital extremeña, en la sierra de la Mosca.

Las críticas fueron de tal calibre y tan generalizadas que Maroto rectificó solo unas horas más tarde y aclaró que con “cerca” quiso decir “en España”. Y añadió que la ubicación de la fábrica la decidirán quienes participen en el consorcio, «abierto a nuevos socios» y en el que pueden entrar gobiernos autonómicos e incluso administraciones locales.

Oposición del alcalde y de los vecinos

Pero el proyecto liderado por Seat, Iberdrola y Telefónica, con el apoyo del Fondo Europeo de Reconstrucción, para desarrollar en España toda la cadena de valor del coche eléctrico, empezaría con la extracción en Cáceres del litio que se necesita para las baterías y llevaría el resto del proceso fuera de Extremadura.

Ante esta posibilidad, Salaya lanzó un severa advertencia: “Esa fábrica de baterías no se va a nutrir con litio de la sierra de la Mosca”. El Gobierno de Cáceres se opone al proyecto para extraer litio en esa zona, situada a dos kilómetros del casco urbano, al considerar que no es viable ni económica, ni social, ni medioambientalmente.

La Administración municipal está en este punto en perfecta sintonía con lo que defiende la mayoría de los vecinos. Cientos de personas se han llegado a concentrar en la ciudad para manifestar su frontal oposición al proyecto de mina a cielo abierto de Valdeflores, que, a su juicio, amenaza con arrasar la sierra de la Mosca, auténtico “pulmón verde” de la ciudad cacereña.

Los vecinos se llevaron una alegría el pasado día 3, cuando se hizo pública una sentencia judicial que obliga a la empresa Tecnología Extremeña del Litio (filial de Infinity Lithium) a restaurar los daños causados en la sierra de la Mosca por los trabajos en la mina a cielo abierto de San José de Valdeflores. Los jueces han dado la razón a la Junta de Extremadura, que ordenó a la empresa minera restaurar los caminos ilegales y plataformas abiertos, las balsas de decantación, los pozos de sondeo y la deforestación realizada en el valle de Valdeflores.

La compañía ejecutó las obras sin estudio de impacto ambiental y sin licencias. La Asociación de Vecinos “Sierra de la Mosca”, que se había personado como codemandada a la vista oral, celebrada hace tres meses, ya ha anunciado que vigilará para que se cumpla escrupulosamente la sentencia. El colectivo interpuso hace menos de un mes un recurso contra el permiso de investigación denominado “Ampliación de Valdeflóres”, que afecta a casi 1.400 hectáreas ubicadas en pleno corazón de la sierra de la Mosca. El de Valdeflores es el segundo yacimiento de litio más grande de Europa.

Del mismo modo, Ecologistas en Acción de Extremadura ha anunciado acciones administrativas y judiciales contra los proyectos mineros. Y la plataforma ‘Salvemos la Montaña’ ha advertido de que la mina de Valdeflores es “totalmente inviable” por múltiples razones; entre ellas, la cercanía a la ciudad, la catalogación del suelo (protegido), el riesgo para la salud de los vecinos y el perjuicio para la economía turística local y las empresas de servicios.

«Un proyecto industrial» completo

Vicent Ledoux Pedailles, director de Estrategia Corporativa de Infinity Lithium, apuntó hace unos meses que Valdeflórez no es será solo una mina, sino también “un proyecto industrial», ya que el litio se transformará en una fábrica que se levantará junto a la mina. Estima que se producirá litio durante 30 años y que se generarán unos ingresos de 5.500 millones de euros.

“El mineral será procesado íntegramente en la planta adyacente, hasta convertirlo en hidróxido de litio, un componente irremplazable y esencial para la fabricación de baterías recargables de ion-litio, y en particular de las baterías de ion-litio empleadas en los vehículos eléctricos”, apunta la compañía en su página web.

Otro proyecto minero que persigue extraer litio en Cáceres es el de Las Naves, en Cañaveral. Está impulsado por Lithium Iberia y también prevé la apertura de una fábrica de baterías, en su caso en Badajoz. La compañía calcula que extraerá 2,3 toneladas de litio al año y que se crearán 400 empleos. La empresa ya cuenta con los estudios y sondeos previos e inició hace unas semanas una nueva fase administrativa para conseguir los permisos para la explotación minera.

En Europa hay cuatro naciones con proyectos de minería de litio, con los que se prevé cubrir en un primer momento el 80 por ciento de las necesidades del sector del automóvil eléctrico, y alcanzar la autosuficiencia en 2025. Están ubicados en la República Checa, Austria, Portugal y los dos de Extremadura.

Proyecto minero de San José de Valdeflores: https://sanjosevaldeflorez.es/

Plataforma “Salvemos la Montaña”: https://salvemoslamontana.blogspot.com/

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