La mayoría de los bares de Aragón ha subido los precios de sus productos 10 céntimos para hacer frente al alza generalizada de las materias primas y, sobre todo, de la luz, que inciden directamente en coste del servicio que prestan.

«En este contexto de inflación y de continuo aumento de los precios de la energía, los negocios de hostelería de Zaragoza no han tenido más remedio que elevar entre 5 y 15 céntimos lo que cobran por las consumiciones», explicó ayer Luis Fenia, gerente de la Asociación de Cafés y Bares.

Las subidas no han sido repentinas, sino que empezaron ya a aplicarse a lo largo del último cuatrimestre del año y pasado y han continuado durante los dos primeros meses de 2022, según la misma entidad.

Solo una minoría de bares y cafeterías sigue todavía con la lista de precios sin modificar, indicó Fenia. «El incremento de la luz ha tenido un efecto demoledor, pues un local de tipo medio paga ahora entre 200 y 350 euros más en cada factura debido a los aumentos del coste de la energía registrados últimamente», añadió.

Han prepara un café en Casa Salduie, en Cesaraugusto. ANDREEA VORNICU

"No ha quedado más remedio"

«No solo es la luz, que puede llegar a estar encendida 12 horas diarias, sino también la calefacción en invierno y el aire acondicionado en verano», precisó el responsable de la Asociación de Cafés y Bares. Y, por otro lado, continuó, las cámaras en las que se mantienen los alimentos y bebidas funcionan las 24 horas del día, l o que genera una elevada demanda de energía.

«Sí, hemos subido los precios 10 céntimos, el café cuesta ahora 1,20 euros y la caña de cerveza, 1,60», confirmó ayer Marino, que regenta la cafetería Davia, un local muy concurrido de la avenida Cesaraugusto situado cerca de la sede del Tribunal Superior de Justicia de Aragón.

«No ha quedado más remedio», dijo con un gesto de resignación. «Ha subido la luz y todo en general», añadió. Incluso los bocadillos expuestos en las vitrinas de la barra, confirmó, han subido los 10 céntimos de rigor para evitar un desfase en su precio.

A menudo, el incremento se produce ya en origen, en el punto en que comienza la larga cadena de suministros. «Han sido nuestros proveedores los que han empezado con las subidas», subrayó Nacho Frago, agente comercial de marcas aragonesas dedicadas a los tostados de calidad, entre otras especialidades, como Buenola, El Gallo Rojo, Pasionatta y El Tío Palancas.

Tirando una caña en la cafetería Davia, en Cesaraugusta. ANDREEA VORNICU

«Seguimos con los mismos precios de antes de la pandemia»

«Yo llevo patatas fritas, palomitas, cortezas, frutos secos y aperitivos, y todos esos productos han subido», continuó. No solo las materias primas están en la base del incremento, sino otros factores, como el alza del petróleo y de los portes, la subida de los impuestos y el incremento en el precio de las llamativas bolsas en las que se presentan los productos, indicó Frago.

Algunos locales, sin embargo, se resisten a aplicar subidas, por miedo a perder clientes, lo que les obliga a hacer equilibrios con las cuentas. Este es el caso de Mombasa Café, un negocio de hostelería situado entre el Tubo y la calle Alfonso, en una zona muy frecuentada de Zaragoza.

«Seguimos con los mismos precios que teníamos antes de la pandemia», aseguró Raúl González, responsable del negocio, que indicó que sirve café solo, el café con leche y la caña a 1,40, 1,50 y 1.60 euros, respectivamente.

Pero González reconoció que «lo lógico sería subir los precios». Sobre todo en una época del año, el mes de febrero, en el que aún se dejan sentir los efectos de la cuesta de enero. «Si a mí me suben el precio de las bebidas alcohólicas no me queda más remedio que repercutirlo en las copas», añadió.

«Hay que tener en cuenta que en un establecimiento de este tipo el gasto de energía es muy alto, pues las cámaras no paran de funcionar ni de noche ni de día, y tenemos ocho o nueve», comentó.

Las cañas han subido 10 céntimos en casi todos los bares de Zaragoza. ANDREEA VORNICU

«Ahora pagamos por la luz el triple de lo que nos costaba hace unos meses», lamentó Han, del bar Casa Salduie, en Cesaraugusto. «Si subimos los precios es porque antes nos han subido a nosotros las cosas», manifestó. Con todo, aún sigue ofreciendo precios competitivos, con el café solo a 1,10 y la caña a 1,20 euros, precisó.

Muy cerca, en el café La Colmena, Dongbo Yang admitió que él ha subido 10 céntimos las consumiciones más solicitadas. Y eso, argumentó, que «todo ha subido mucho», dando a entender que se trata de un aumento mínimo.

El hostelero oriental se quejó de que «todo está más caro», desde la luz a las mercancías de los proveedores. Pues Dongbo sabe que, aunque lo parezca, 10 céntimos arriba o abajo no es una tontería. Y que una parte numerosa de la clientela potencial se inclinará siempre por los locales que sirven desayunos y tapas a precios más asequibles.