El Benidorm Fest ha llegado para quedarse y consolidarse como el método habitual para elegir la representación española en Eurovisión. TVE, de este modo, sigue los pasos de varios países que organizan concursos con mucha solera para decidir quién envían a Europa, como Suecia, Italia, Albania, Dinamarca, Noruega o Portugal, entre otros.

TVE ha apostado por un producto de gran formato: hasta 2021, los 'shows' especiales para elegir al representante eurovisivo se organizaban normalmente en estudios de televisión. Ahora se ha pasado a un polideportivo, con capacidad para 1.300 personas. A nivel artístico, la tele ha impulsado puestas en escena más sofisticadas, mayor despliegue en atrezo y grafismo decorativo en pantallas led para todas las actuaciones; humo, fuego y hasta una teta gigante para reforzar el mensaje feminista del tema de Rigoberta Bandini. En definitiva, propuestas artísticas en sintonía con los estándares europeos; es decir, con ciertas garantías para romper la pésima racha de resultados de España en el festival, donde TVE lleva seis años consecutivos terminando entre las últimas clasificadas.

Jurado técnico

El jurado de expertos también ha cambiado. Ahora, el perfil de sus componentes es más técnico. Esta vez lo integraban un director artístico, una coreógrafa, una 'coach' vocal, la coordinadora del Coro de RTVE y el responsable de la delegación islandesa en Eurovisión. Y se ha introducido el voto demoscópico, emitido por una muestra de 350 personas que representan la diversidad social y territorial de España. Con ello, TVE corrige las desviaciones generadas en el resultado por posibles campañas de voto masivo a favor de un candidato en concreto: su criterio vale lo mismo que el de los telespectadores comunes. Este aluvión de cambios responde “a la apuesta directa del presidente de RTVE, José Manuel Tornero, para potenciar la marca Eurovisión en nuestro país”, según explica a El Periódico de Catalunya la nueva jefa de la delegación española en el festival europeo, Eva Mora.

Los telespectadores han respondido positivamente al invento, donde se eligió la quinta de las 41 canciones que participarán este año en Eurovisión. La 1 de TVE fue líder durante la retransmisión de las semifinales del miércoles y el jueves. La primera tuvo un 11,8% de audiencia media y se aupó al segundo lugar de los 'trending topics' en Twitter con la etiqueta #BenidormFest. La segunda aún fue mejor, con un 14,2%. En la final, 6,7 millones de personas vieron el programa en algún momento de la noche. El año pasado, el programa especial en el que los telespectadores eligieron la canción con que Blas Cantó iba a participar en Eurovisión tan solo tuvo un 6,1% de audiencia.

Recelo inicial

El camino del Benidorm Fest, no obstante, empezó con un cierto recelo en TVE. Según Eva Mora, “lo primero que tuvimos que hacer fue convencer a los artistas, porque les llamábamos, les hablábamos de Eurovisión y todo el mundo huía”. En la tele, pensaron que les costaría conseguir una lista de al menos 12 participantes, pero al final, cuando explicaron el proyecto del Benidorm Fest, acabaron presentándose 886 candidaturas. El trabajo, después, consistió en elegir las mejores, con el criterio principal “de que hubiese variedad; que toda la sociedad se sintiera representada” con alguna de las elegidas.

Así que TVE programó un certamen con un poco de todo; baladas, electropop, ritmos latino, fusión de pop con sonido folk, 'revival' de los 80… Una de las claves para convencer a los artistas fue que TVE renunciara a los derechos de autor de los temas en liza, algo que desde hacía años reclamaban compositores e intérpretes. Pero pese al éxito, Eva Mora advierte que cara al próximo año la fórmula se va a pulir: “Tengo una lista larguísima de cosas que hay que valorar de nuevo. Debemos recuperar la credibilidad en Eurovisión”. Y eso, ineludiblemente, pasa por hacer que el Benidorm Fest esté a la altura de los festivales más prestigiosos de Europa.