El pasado miércoles se inauguraba en el parque ferial de Madrid la vigesimosegunda edición de Arco. Año tras año el mercado del arte busca su espacio para dar salida a creaciones que muchas veces son puras especulaciones artísticas realizadas con una clara intención de epatar. No obstante como en los rastros o mercados hay que buscar, porque bien es cierto que entre tanta caterva se puede encontrar obras de valía, como las que pertenecen a los artistas que son de nuestra comunidad. Este año marcado por la amenaza de guerra contra Irak, varios manifestantes en una performarce se echaban al suelo simulando una masacre y la comitiva presidida por el Rey evitaba pasar por la incomoda instalación. Su directora Rosina Gómez preocupada por el posible conflicto confiaba en que, al menos mientras dure la Feria, EEUU no le de por bombardear. Ante tal muestra de sensibilidad, también es de esperar que sepa detectar alguna falsa obra, como la que infiltró recientemente un grupo reivindicativo en el Guggenheim, no sea cosa que se venda como auténtica y luego la reclamación ponga en entredicho el discurso de tanta valoración.

*Pintora y profesora de FP