A los moralistas que tipificaron los vicios contranatura, han seguido los científicos describiendo algunas agresiones contra la naturaleza del río Ebro. Entre otras están las motas ilegales, las granjas y urbanizaciones en zonas inundables, el trazado de infraestructuras en terrenos anegables, etc. Los científicos, para prevenir nuevas inundaciones, exigen una renaturalización del río. Frente a ellos están los que lo han desnaturalizado, pretendiendo su doma artificial. Por una parte están los que saben y por otra, los que sólo saben hacer dinero. Y enmedio, los sufridores de las consecuencias de una salvaje desnaturalización del río.