Siguen pasando los jerarcas autonómicos por la ventanilla de Moncloa, que es donde está el parné.

José María Aznar, el contable saliente, va repartiendo el bacalao. El otro día, al valenciano Camps, que es del partido suyo, le soltó medio billoncete de pesetas para poner al día los ferrocarriles levantinos y arreglar un tantico los puertos. Eso, para no contar el trasvase, que va que se las pela. Camps salió del palacio del poder con un subidón horchatero. Están los ches que se chufan.

El mismo día que había sido citado Marcelino Iglesias, pero a distinta hora, el jefe se reunió con otro de sus caballeros periféricos, Jaume Matas, el nuevo presidente balear y manager de Michael Douglas. A este artista, a Matas, quiero decir, que se ha portado bien, y trasvasado mejor, le comprometió Aznar la bicoca de 1.500 millones de euros para poner las pitiusas mas guapas aún que la Valencia fallera de Rita Barberá. Baleares recibirá una lluvia de millardos destinados a mejorar sus infraestructuras energéticas, la red de carreteras y, ojo al dato, el abastecimiento de agua. Con el tiempo y una caña, quizá a Matas se le ocurra tirar una tubería submarina, con ricos caudales del Ebro, desde Castellón de la Plana...

En comparación con estas proezas económicas de Matas y Camps, Marcelino Iglesias, como no podía ser de otra manera, ha obtenido, para Aragón, un poco de calderilla y gratuitas palabras.

Para empezar, el Plan Hidrológico Nacional, edificado sobre un pantanal de falsedades, seguirá adelante. La indignada resistencia del pueblo aragonés no sólo no ha hecho reflexionar al líder del PP, sino que lo ha reafirmado en la bondad del expolio. Aznar se rila el río y, a cambio, deja sine die las obras del Pacto del Agua. Porque, que yo sepa, no se les puso fecha en la entrevista. Sí, en cambio, al trasvase, que estará operativo en un amén Jesús . En esta distorsión en los plazos, urgiendo el abastecimiento levantino y aplazando las obras de regulación en Aragón, descansa un elemento de perversión política de gravísimas consecuencias. Da la impresión de que Iglesias da por hecho que Aznar no será capaz de pegarle el bigotazo al Ebro, pero los recursos de la ventanilla de Moncloa son infinitos...

Tampoco se habló en la cumbre del pésimo panorama carretero. La autovía Mudéjar avanza a paso de tortuga. La autovía de Madrid se ha convertido en una carracla. El Somport muere en un camino de cabras. El resto de carreteras nacionales hace llorar...

¿Y el tren? El AVE llegará, pero no sabemos cuándo ni en qué condiciones. La gestión de Alvarez Cascos rebasa cualquier índice de ineptitud, pero Aznar, con ese laconismo teocrático que le caracteriza, se limitó a decir que todo se andará, y que hasta llamará al primer ministro francés, Raffarin, o al campeón pacifista Chirac, para venderles el Vignemale, el Canfranc. Una llamadita, total... ¿quesquesé ? Redondeando las calamidades de este capítulo, los zaragozanos, a diferencia de los valencianos, nos quedaremos, ay, sin red de cercanías.

Al término, todos destacaron el clima cordial de tan positiva cumbre.Y es que, a finos y miraos , no nos ganan ni los de Valladolid.

*Escritor y periodista