Con frecuencia se nos olvida a todos que el disponer de un Sistema Sanitario Público es uno de los mayores logros sociales del estado del bienestar que se ha logrado en la muchos de los países desarrollados, supone un avance importante en justicia social al redistribuir los recursos de un país entre los ciudadanos independientemente de su condición. Cualquier ciudadano tiene derecho a unas prestaciones sanitarias que preserven y restablezcan su salud, teniendo a su disposición todas y cada una de las tecnologías más modernas existentes en el momento actual, recayendo generalmente en los que más lo necesitan, los enfermos y los ancianos. Es sin duda la equidad, una de sus mayores virtudes. Al menos así se pretende y así tendría que ser.

A veces se nos olvida que no hace muchos años, esto no existía y mucha gente se arruinaba por una enfermedad o simplemente se moría por no disponer de los medios suficientes. Nuestros mayores esto lo saben muy bien.

Nuestro sistema sanitario es considerado de los mejores del mundo en calidad y en eficiencia. Sin duda la Sanidad Pública Española es un gran bien social de alta cualificación y prestaciones que todos, políticos, profesionales y ciudadanos tenemos que cuidad y defender. Creo que es de justicia reconocer esto, ya que con frecuencia se critica en exceso este gran bien social. Pero ¿Va bien nuestro sistema sanitario? ¿Goza de buena salud?

Un reciente informe de la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo de los países Europeos) hace un análisis de la evolución de la sanidad en los países europeos de los últimos 10 años y las conclusiones sobre España explican muchas cosas.

ESPAÑA HA crecido en renta. Del 75% del PIB de la media Europea, hemos pasado al 85%. Pero en sanidad dedicamos 10 puntos menos que lo que nos correspondería por renta. Es decir nos acercamos a Europa en renta, pero nos alejamos en los presupuestos dedicados a la sanidad pública. Los presupuestos que dedicamos al hospital público son los que nos corresponden por renta e incluso ligeramente por encima. Nos pasamos sobradamente en lo que dedicamos al gasto público en fármacos, por encima de lo que nos correspondería por renta. Lo que es rácano, y realmente estancado, es el presupuesto dedicado a la asistencia primaria pública, a la medicina ambulatoria pública. Esto no ha ocurrido en el resto de Europa. El presupuesto español dedicado a la Atención Primaria pública es el más bajo de Europa y uno de los más bajos del mundo desarrollado. Realmente la reforma de la sanidad pública se dio hace 15 años en el Hospital público, pero no en la Atención Primaria.

Lo más preocupante es que a medida que los presupuestos se estancaban en la Atención Primaria y la medicina extrahospitalaria pública, el dinero que los españoles invierten en la medicina extrahospitalaria privada se ha disparado. En estos momentos España es de las que más gasta en medicina privada ambulatoria del mundo, muy por encima de los que nos correspondería por renta.

ESTE ABANDONO de la Atención Primaria pública es un mal síntoma para nuestro sistema Sanitario Público ya que expertos internacionales nos dicen que aquellos países que tienen una atención primaria potente, de calidad presentan mejores índices de salud, son más eficientes y reparten los recursos sanitarios de una forma mas equitativa entre la población. Los médicos de Atención Primaria venimos notando hace años que cada vez tenemos más visitas que atender y menos tiempo para escuchar, pensar, explorar, informar, dialogar. Cada vez nos vemos obligados a derivar más pacientes al especialista por problemas que con mas tiempo y acceso ágil a pruebas complementarias podríamos haber resuelto nosotros.

Con frecuencia nos vemos obligados a recetar un fármaco como sustitutivo a una buena conversación. Las urgencias están saturadas, porque los ciudadanos tienen que esperar meses a que se le realice una prueba. Los tres grandes males de nuestro sistema sanitario, las listas de espera, el gasto excesivo en farmacia, la saturación de urgencias, se podrían resolver con mayores presupuestos para la Atención primaria y medicina extrahospitalaria. Presupuestos que les correspondería en justicia, los que nos correspondería por nuestro nivel de renta. En la Atención Primaria no se visualizan los problemas pero pueden estar las soluciones.

¿Y el futuro de Sistema Sanitario Aragonés?. Los servicios sanitarios fueron trasferidos a las comunidades autónomas con un presupuesto muy escaso, lo que deja a cada autonomía un margen de maniobra muy escaso, pasando a depender entonces de la riqueza de cada autonomía y sus prioridades. Esto supone un nuevo ataque a la equidad: las autonomías ricas tendrán mejor sanidad pública que las más pobres, determinando ciudadanos de primera o de segunda en dependencia del lugar donde hayan nacido. Nos alejamos de nuevo de una de las principales virtudes que tendría que tener nuestro sistema sanitario, la equidad.

Esto es todavía más preocupante en el caso de Aragón. Su escasa población, la mitad de ella muy dispersa, y con los mayores índices de envejecimiento de España, suponen, o tendría que suponer, un gasto mayor en servicios sociales y sanitarios. Al margen de las buenas palabras de los políticos, la realidad es que este año los presupuestos dedicados a la sanidad y servicios sociales se han estancado. Esto no ha ocurrido en otras autonomías. Malos presagios para nuestra sanidad.

*Coordinador nacional de la Plataforma 10 minutos. Médico de Atención Primaria del Centro de Salud Arrabal