Los agentes sociales acogieron con cierto escepticismo los resultados de la entrevista de Marcelino Iglesias y José Luis Rodríguez Zapatero, celebrada el pasado jueves en Moncloa. Aunque en general se valora positivamente el clima de entendimiento, tras años de tensiones en las relaciones DGA-Estado, se esperaba más de esta cumbre. Son tantas las expectativas que ha generado el cambio político y la apertura de una nueva etapa tras la derogación del trasvase, que Iglesias tiene ahora más presión. Y hacen bien los sindicatos y la patronal en no bajar la guardia, porque si en algo hay consenso en Aragón es la necesidad de recibir más inversiones, sobre todo en infraestructuras de transporte y en materia hidráulica. Los presupuestos generales, que se conocerán tras el verano, serán la verdadera piedra angular del cambio que vaticinó Iglesias para que Aragón sea visto desde Madrid como un lugar de progreso y seguridad que el Estado debe mimar.