Las aparentes intenciones del Ayuntamiento de Zaragoza de construir viviendas en el llamado Triángulo de La Almozara aprovechando la necesidad de surtir de alojamientos a la futura Expo del 2008 ha abierto de nuevo el debate sobre el significado y la vigencia del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de la ciudad. De hecho el mismo gobierno municipal (PP-PAR) que elaboró no hace mucho el citado documento estratégico se dedicó de inmediato a enmendarlo; ahora los nuevos gestores (PSOE-CHA) están listos para hacer lo propio.

¿Sirve para algo el PGOU? No lo parece. En él se preveía que el Triángulo de la Almozara permitiera sostener una reserva verde en la misma ribera del Ebro, por ello sólo admitía en dicha zona algunos equipamientos sometidos a severas restricciones. Ahora se pretende construir allí viviendas. En tal caso deberá reclasificarse el suelo afectado, lo que a su vez provocaría una importante modificación en el precio que sus anteriores propietarios cobraron al municipio. Se trata en suma de una operación muy discutible tanto en lo urbanístico como en lo medioambiental. Lo cual abre otro interrogante: ¿No habíamos quedado en que la Expo de Zaragoza estaría dedicada al agua y la sostenibilidad de las ciudades?