Los concursos de traslados de profesores siguen generando polémica entre los docentes aragoneses. Es el el caso de Pilar Mora, que lamenta que 16 años después de convertirse en profesora de secundaria y funcionaria siga sin poder ejercer en el lugar de residencia de su familia. Casi tres lustros lleva dando clases a 90 kilómetros de su casa, y se pregunta cómo es posible que un gobierno que aboga por conciliar la vida familiar y la laboral haga tan poco al respecto. Pues tiene usted toda la razón, sobre todo cuando cada vez son más fuertes las sospechas de discrecionalidad en estos concursos. Hace falta más transparencia.