NECROLÓGICA

El cura de Fabara

Sescún Marías y Pablo Corral

Zaragoza

Desconcertada ante la indiferencia que se ha prestado a la defunción de El cura de Fabara, no puedo por menos que lanzar una queja, y una reivindicación, desde este rincón de EL PERIÓDICO DE ARAGÓN. Me quejo de esta sociedad, que desoye y olvida, voces que en un tiempo de silencio gritaron por cierta justicia, y reivindico que no tenga que ser la muerte un elemento necesario que sirva para ver esa lucha reconocida. Reproduzco aquí unas palabras de mi compañero de fatigas, Pablo Corral, que siente como yo la ausencia de esta dignificación histórica. "Wilberto Delso apoyó desde febrero de 1973 al párroco de Mequinenza en la acción de desobediencia que pretendía evitar la inundación de parte del pueblo viejo de esa localidad hasta que no fuese recompensada la población desalojada en justicia. Este hecho, pondría en evidencia la crítica de este sector progresista y cristiano a los planes de desarrollo y a las desigualdades ambientales y sociales que generó desde sus inicios. Más tarde criticaría las expropiaciones para ampliar la base de San Gregorio y dirigiría debates en el seno de su iglesia sobre la píldora o el aborto. Wilberto Delso, y otros curas de la región, realizaron homilías y declaraciones públicas que generaron el debate que quizás desearon : ¿Tiene la Iglesia que preocuparse de las condiciones sociales, políticas y económicas de sus fieles? Su destitución demostró hasta qué punto la jerarquía católica española seguía su particular cruzada. Sin embargo, el ex-cura de Fabara, supo entender que frente a las injusticias de un régimen autoritario no existía otra posibilidad para derrocarlo que no pasara por el debate y la discusión. Iniciar ese debate, le costó su puesto y su vocación. Antes de vivir una vida como la de los mortales, este cura rebelde en tiempos de Franco dio la vuelta a la tortilla autoritaria hasta donde le fue posible, en un status quo donde reinaba la desigualdad y la injusticia."

HOSTELERÍA

Calle Dr. Cerrada

Héctor Ráfales.

Zaragoza

Hace 3 años que soy propietario de un local de hostelería en la calle Doctor Cerrada, frente a la universidad. Un local que se ha dedicado en los últimos 40 años a prestar servicio a los estudiantes de la Universidad, hoy en día económicas. En los últimos 3 años la calle Dr. Cerrada, haciendo honor a su nombre, ha estado cerrada al tráfico (y en ocasiones a los peatones) en 3 obras distintas durante el periodo de un año y medio. Además desde hace ya más de un año también está cerrada la puerta de la universidad, disminuyéndose en un 50 % el volumen de nuestros clientes (casi todos universitarios).

Este cierre es fruto de la obra del Paraninfo, o eso nos decían, ya que la obra ha terminado, el acceso esta perfectamente limpio y acondicionado, pero la puerta, como no, sigue Cerrada. Los encargados de la obra dicen que abrir la puerta es cosa de la universidad, y los encargados de la universidad no dicen nada, pero la puerta sigue cerrada.

Somos muchos los negocios de esta zona los que nos dedicamos en un porcentaje muy alto a prestar servicio a la universidad. Cafeterías, copisterías, autoescuelas, tiendas... y todos venimos sufriendo desde hace tiempo una disminución considerable en el volumen de nuestros negocios, fruto de estos cierres, ya que además la puerta de la universidad hacía de conexión peatonal con Gran Vía. A este paso tendremos que rendir honor a nuestra calle y poner el cartel de CERRADA también en nuestras puertas. Háganse cargo a los que les corresponda.