Como el consejero de Obras Públicas del Gobierno de Aragón, Alfonso Vicente, está acostumbrado a las negociaciones complicadas --no hay más que pensar en los convenios con Renfe-- no le debe suponer ningún problema hilar fino con el Ministerio de Vivienda para que no se impongan los recortes que la ministra Beatriz Corredor ha anunciado. Debe haber flexibilidad, porque tiene razón el consejero que no se puede tratar a todas comunidades por igual y aún siendo normal que haya que hacer ajuste, el esfuerzo no debe recaer en las familias más modestas. Ni se debe desanimar el mercado inmobiliario.