La EPA cifra el número de parados en 4.645.500 personas en toda España, el 20,09% de la población activa. Medio millón más de desempleados y dos puntos porcentuales más que hace un año. Los datos nacionales son malos: seguimos doblando la media de paro de la UE, aunque en Aragón la tendencia sea decreciente. La economía nacional generó en el segundo trismestre del año 82.700 nuevos empleos, más de la mitad de ellos a tiempo parcial, lo que significa que no es de calidad, pero es un dato muy bueno, porque hacía dos años que no se creaba ocupación. A la vez, se produjo un importante aumento de la población activa de 115.500 personas, lo que se puede entender en parte como una mejora en la confianza de encontrar empleo. Los dos fenómenos son positivos, aunque el mercado español no ha podido absorber a todos los demandantes de trabajo. El cruce de ambas tendencias podría estar apuntando, como interpreta el Gobierno, que la intensidad de la destrucción de empleo empieza a estabilizarse. Esa situación coyuntural, dibuja un panorama algo menos dramático que hace unos meses.