El pacto de legislatura alcanzado ayer entre el Gobierno del PSOE, el PNV y Coalición Canaria (CC) significa en primer lugar una rectificación de la política de geometría variable con la que se empeñaba en gobernar Zapatero desde que llegó al poder en el 2004 y, sobre todo, en su segunda legislatura, en la que prefirió ser investido únicamente con los votos socialistas. El acuerdo con el PNV, que incluye su apoyo a los presupuestos del 2011 y el 2012 y a leyes económicas como la reforma de las pensiones, acaba con la práctica de buscar votos en partidos diversos según el asunto que se tratara de aprobar en cada momento y da la necesaria estabilidad al Gobierno para agotar la legislatura.

El acuerdo es oportuno, pero tardío, pues Zapatero nunca debió iniciar su segundo mandato sin apoyos estables. Si en la primera legislatura gobernó hacia la izquierda, mediante pactos con ERC y otros grupos, ahora lo hará más a la derecha, con un partido nacionalista moderado, el PNV, y con un grupo conservador como CC, siempre dispuesto a ofrecer sus votos al mejor postor.

DESACTIVAR A CIU

La segunda consecuencia del pacto es que desactiva la posibilidad de que CiU, en caso de ganar las elecciones autonómicas catalanas, fuera decisiva en Madrid para presionar al Gobierno exigiendo traspasos --el concierto económico, sin ir más lejos-- a cambio de apoyo estable. El pragmatismo vasco se ha impuesto de nuevo a las dudas y a la ambigüedad catalanas. Y esta vez la jugada del PNV tiene más mérito porque es un partido que se encuentra en la oposición en Euskadi. Hay pocos precedentes de un pacto que conlleve traspasos autonómicos con un partido que no gobierna en la comunidad beneficiada.

COMPETENCIAS

El pacto ayuda al PNV en su camino para recuperar Ajuria Enea y deja en una posición incómoda al Gobierno de Patxi López, que ha sido un mero espectador. El acuerdo implica el traspaso a Euskadi de 20 competencias, entre ellas las políticas activas de empleo y una cuestión simbólica: el nombre oficial de las tres provincias vascas será solo en euskera.

Horas antes del pacto, el PP había calificado los presupuestos como "el testamento" de Zapatero porque los siguientes los elaboraría un Gobierno de Rajoy. Ahora, el PP se verá obligado a buscar nuevos argumentos.