El famoso lema "haz el amor, no la guerra" de los 60 vuelve a estar de moda. El spot de AXE para promocionar su nuevo desodorante Axe Peace lo ha devuelto a la palestra. En él, son varios los mandatarios de diferentes zonas de conflicto internacional que sorpresivamente apuestan por el make love cuando a priori todo apuntaba a que la opción que elegirían sería un claro sí a la guerra. Esto es, al más puro estilo Putin en Siria, una actuación ejemplar que posibilitó el arreglo pacífico del conflicto, y que le ha valido esa nominación al premio Nobel de la Paz que tanto escandaliza (normal si la propuesta la hace la AIUNM, organismo de activistas y diputados de la Cámara Baja del Parlamento Ruso). Es cierto que el presidente ruso está en el candelero por su manifiesta intención del envío de tropas a las regiones orientales de Ucrania, pues como el bueno de Vladimir apunta, "ahora quienes bloquean las unidades militares ucranianas no son tropas rusas sino grupos de autodefensa de la propia Crimea" (je, je). Es real que si Putin anexiona Crimea sería la segunda vez que roba un territorio a un Estado soberano (las regiones de Abjazia y Osetia del Sur fueron invadidas en 2008). Y es reseñable que comenzó su presidencia con la segunda guerra chechena y está cuestionado por reprimir a opositores, perseguir a homosexuales o censurar a periodistas. Pero quien sabe, lo mismo Putin, con su sex-appeal, se camela a los noruegos como Obama en el 2009. Otra cosa no, pero en Siria, el ruso se lo ha currado. Periodista y profesora de universidad