Los 430.000 euros que los aragoneses pagarán a la familia del escultor Pablo Serrano por cuatro esculturas de bronce y la donación de otras tres (una de mármol) es la compensación que ha encontrado el Gobierno de Luisa Fernanda Rudi para sellar la paz con la familia del artista de Crivillén. Una paz muy cara si se tiene en cuenta que el conflicto se abrió por la compra, por parte de la DGA, de la colección de Pilar Citoler para exponer en el museo Pablo Serrano (en torno al millón y medio de euros de inversión) sin tener muy claro el valor auténtico de la misma. Si el disgusto de la familia era grande porque así se restaba protagonismo a Serrano, se acrecentó con la decisión de PP y PAR en las Cortes de cambiar la escultura que preside el salón de plenos a un lugar menos visible. Una compensación, pues, para zanjar disputas.