A partir de mañana, los establecimientos comerciales no podrán entregar bolsas de plástico de forma gratuita. Es el primer paso para frenar un auténtico atentado al medio ambiente. Estos humildes soportes tardan 500 años en descomponerse y se calcula que cada año van a los océanos entre 5 y 13 millones de toneladas. Los aragoneses utilizamos unos 133 millones de unidades anuales. Es una cuestión de mentalidad y de costumbre, y a España llega tarde. No obstante, se han echado de menos campañas institucionales que inciten a los ciudadanos a no usar estas bolsas. Utilizarlas de otros materiales no supone gran esfuerzo y evitamos consecuencias que una civilización sostenible debe erradicar.