La nueva legislación educativa, conocida también como ley Celaá ya está aquí, como expreso que viene. Una situación y una ley que preocupa bastante a la Escuela Concertada de Aragón y de todo el territorio nacional y que ha provocado diferentes movilizaciones, dudas y protestas en contra a esta octava ley educativa, nada más y nada menos. Un récord de leyes en las que los resultados no han sido nunca lo suficientemente adecuados y previstos para el mundo educativo.

Como otras anteriores, esta nueva ley deja de recoger el sentir de todos los ciudadanos y colectivos relacionados con la educación, lo que se suele conocer como falta de consenso. Quizás una de las principales quejas que surgen contra esta ley es la eliminación de la demanda social por lo que se podrían ir eliminando poco a poco clases concertadas en los centros educativos. Igualmente se señala la ambigüedad existente respecto a la Educación especial, sobretodo porque quizás, entre líneas, en una década (si es que esta ley sigue en funcionamiento) los colegios ordinarios deberán estar preparados para atender a esos alumnos especiales dejando en el aire muchas preguntas y pocas respuestas.

¿Cómo es posible que una ley de Educación, la que sea, no tenga en cuenta a profesores y educadores para su elaboración, discusión y posterior práctica?. Una nueva ley que deroga la ley aprobada en el año 2013 y conocida por ley Wert. Ver para creer. A cada Gobierno, una nueva ley educativa. Y luego bien el tema del problema del profesorado suficiente para aplicar esta ley, de los materiales y espacios adecuados y necesarios, de las instalaciones adecuadas y suficientes. Así somos en este país y nunca cambiaremos.