La actualidad está plagada de noticias sobre despoblación, informaciones que en una inmensa mayoría son negativas. Esa España abandonada a la que se suele referir el presidente de Aragón tiene un potencial enorme por aprovechar, pero hay actores políticos que quieren monopolizar el debate con el mensaje de que en las áreas rurales vivimos una catástrofe cotidiana. Por eso yo hoy quiero traer buenas noticias.

Podemos afirmar sin temor a equivocarnos que el Fondo de Inversiones de Teruel (Fite) afronta un nuevo impulso con este Gobierno de Aragón y con este Gobierno de España. Una etapa que se plasma en cuatro grandes ejes: más inversión, más viabilidad, más consenso y transparencia y más territorio.

Para empezar, nunca antes había acumulado el Fite un volumen inversor de tal magnitud. En 2018 un informe de la Cámara de Cuentas advertía de que la ejecución del fondo por parte de la comunidad autónoma hasta 2016 había sido muy deficiente, con lo que debíamos compensar unos 50 millones de euros en los ejercicios siguientes.

¿Cómo y por qué se llegó a esa situación? Un buen indicio está en el momento en que, a finales de 2012, con Mariano Rajoy en el Gobierno de España y Luisa Fernanda Rudi en el de Aragón, el Fite desapareció del proyecto de Presupuestos del Estado para el año siguiente. Como escribieron las crónicas de entonces, «no hubo ni error ni olvido». Por suerte, la presión que hicimos desde muchos ámbitos, del PSOE a los ayuntamientos o los agentes sociales, consiguió revertir esta dramática decisión en el último momento, pero lo sentenció al obligar a ejecutarlo en un año.

Ahora podemos decir con orgullo que nunca va a recibir la provincia de Teruel tanta inversión como hasta ahora, porque a los 240 millones de euros que aportaremos en esta legislatura hay que sumar los 52 que provendrán de las arcas autonómicas por esas inejecuciones, hasta aproximarnos a los 300 millones de euros.

Pero también hay un fondo más viable, porque gracias a recuperar la plurianualidad hemos conseguido que el tiempo de vigencia de los proyectos sea de hasta cuatro años, una diferencia abismal con los 30 días en que llegó a situarse –¡30 días para adjudicar y ejecutar cada proyecto!– hace casi una década. Así hemos pasado de un grado de ejecución de apenas el 79% en el Fite 2014 a más de un 96% en el de 2018, el último ya cerrado. Y con los fondos actualmente en vigor llegaremos a una ejecución impensable hasta hace poco: casi el 100%.

Todo esto es ejemplo de esfuerzo y gestión, buscando la mejora continua; una gestión transparente y basada en hechos. En estos momentos tenemos el Fite 2019 con toda la ejecución en marcha y un Fite 2020 en el que, con dos años y medio por delante, se están ejecutando ya proyectos por valor de 52 millones de euros. A lo que podemos añadir el Fite 2021, recién firmado aunque vigente desde el 1 de enero y con un plazo de ejecución hasta final de 2024.

Más consenso social es contar con los agentes sociales y económicos y la DPT en el diseño del Fondo. Patronal y sindicatos llevaban tiempo reclamando incorporarse y era una petición de justicia que hemos hecho efectiva. Tras varias reuniones, son muy valiosas las aportaciones que hemos recibido de la CEOE, de Cepyme, de UGT, de CCOO y de la Cámara de Teruel, además de la Diputación Provincial de Teruel.

Por ejemplo, hemos diseñado una novedosa convocatoria para promover actividades deportivas vinculadas a la consolidación de una oferta turística integral. Una línea va a priorizar proyectos en todas las comarcas, estableciendo un mecanismo de valoración que prime el reparto transversal de la inversión. Porque sí, este Fite también es más territorio.

El Fite es inversión en el Bajo Aragón, con 155 millones de euros dedicados a TechnoPark y Motorland –31,2 millones, desde el Fite 2016–; o son los dos millones que han ido a esta comarca en las últimas tres convocatorias de infraestructuras municipales; o el millón –240 € por habitante– destinado a la Sierra de Albarracín en esta misma convocatoria solo en el último año, o el proyecto para potenciar la gestión forestal sostenible en los montes de esta misma comarca.

Son pasos con los que continuaremos extendiendo las inversiones Fite por toda la provincia, ya sea con el despliegue de la tecnología 5G en el recinto de TechnoPark Motorland, con la implantación del grupo Tönnies en Calamocha, con más mejoras en el Observatorio Astrofísico de Javalambre o con un novedoso proyecto sobre formación en prevención de incendios y protección civil en el Maestrazgo.

Como colofón, el Fite también es ahora más transparente. Con ese espíritu vamos a crear una oficina en la Delegación Territorial del Gobierno de Aragón en la que informaremos puntualmente y de forma detallada a todos los sectores interesados el estado del Fite y cómo se encuentra en cada momento.

Esta es, con hechos y datos, la realidad de 2021. Un tiempo nuevo para una herramienta que debe contribuir aún más a asentar población, a atraer proyectos empresariales y a generar empleo en la provincia.

Si exportar buenas noticias es esencial para combatir la despoblación, nada mejor que el Fite para conseguirlo.