El obligado éxodo de ucranianos que huyen de la 'guerra de Putin' —según los líderes occidentales han dado en denominar al conflicto— se acerca dramáticamente a la cifra de dos millones de personas, en su mayoría mujeres y niños. Ciudadanos, en cualquier caso, que están siendo acogidos por Polonia y otros países, entre los cuales se encuentra España.

Refugiados, en una palabra, que huyen de su país por una causa tan grave como insoluble. Lo hacen muy en contra de su voluntad y con grave riesgo de sus vidas. A casi todos les gustaría que solo fuese circunstancialmente, abierta posibilidad de regresar a Ucrania en cuanto sea posible. Pero, si la 'guerra de Putin' se alargara en el tiempo no tendrían más remedio que plantearse la posibilidad de residir en otro país, con las dificultades administrativas, económicas y psicológicas que conllevarían.

Buena parte de la moderna Europa ha sido demográficamente construida a base de las aportaciones de millones de refugiados

De hecho, buena parte de la moderna Europa ha sido demográficamente construida a base de las aportaciones de millones de refugiados. Desde África, Iberoamérica o desde los antiguos países del Telón de Acero, multitudes de fugados, deportados, exiliados, refugiados políticos o ciudadanos corrientes desposeídos de tierra y de bandera, así como de los más elementales medios de subsistencia, han ido recalando desde hace décadas en París, Londres, Madrid, Austria, Países Bajos, en cualquier lugar de Europa donde las condiciones de acogimiento, trabajo, vivienda e integración fuesen lo suficientemente atractivas como para que un individuo o una familia cambiaran radicalmente de lugar y de vida.

A la multiétnica y pluricultural Europa de los refugiados (definidos por Naciones Unidas como «personas que, debido a un miedo fundado de ser perseguidos por razones de raza o religión, nacionalidad o pertenencia a un grupo social u opinión política, se encuentran fuera de su país de nacimiento y son incapaces de volver»), se va a seguir enriqueciendo o colmando, según se mire, con otro tipo de emigrantes forzosos, derivados de las emergencias climáticas. Grupos humanos que huyen de las sequías africanas y de tantos desastres naturales, y que miran y que mirarán hacia Europa como al oriente de su supervivencia y el sueño de su prosperidad.

Procedan de Kurdistán, Siria o Ucrania son refugiados… ¿Llegarán a ser mayoría?