El Ayuntamiento de Zaragoza parece decidido a acometer un plan integral del río Huerva a su paso por Zaragoza. Es una noticia tan buena como largamente esperada. Porque, ¿cómo es posible que hasta hoy no se hayan tomado medidas serias sobre la conservación, saneamiento y disfrute de un río que atraviesa la capital de Aragón de parte a parte?

Ni en el fondo ni en la forma pueden comprenderse las razones (o la ausencia de las mismas) por las que una ciudad como Zaragoza, con tres ríos, el Ebro, el Gállego y el Huerva (más el Canal Imperial de Aragón, que igualmente discurre en buena parte de su núcleo urbano), no haya aprovechado en mucha mayor medida las posibilidades ofrecidas por esa inmensa riqueza hídrica que atesora, pero de la que apenas se beneficia.

El Ebro, de hecho, tuvo que esperar a su Expo 2008 para ver adecentadas sus riberas. Las del Huerva siguen siendo, a fecha de hoy, un basurero y una reserva de animales abandonados. Este río, hermoso en su nacimiento, histórico en su devenir, colmado de encanto en muchos de sus parajes, no ha recibido nunca la menor atención por parte de Zaragoza, siendo su cauce urbano destinatario de toda clase de residuos contaminantes y sus taludes un mal ejemplo de desidia y abandono.

El Ebro, de hecho, tuvo que esperar a su Expo 2008 para ver adecentadas sus riberas

El plan integral propuesto por el equipo de Jorge Azcón propone la reconquista ciudadana de esos espacios privilegiados, verdes, naturales, a pocos minutos de los domicilios de muchos zaragozanos que jamás han bajado a las orillas del Huerva, visto el color de sus aguas ni paseado por sus riberas. El ambicioso proyecto del concejal de Urbanismo, Víctor Serrano, incluye rampas de acceso, eliminación de especies tóxicas, sendas peatonales inundables, carriles bicis, quioscos, actividades culturales y deportivas y la creación de un bosque de ribera con plantación de sauces, olmos y otras especies vegetales.

El coste de la operación asciende a casi diez millones de euros. Su financiación deberá proceder en una tercera parte de fondos europeos. Si estos llegan pronto, las obras comenzarán en breve plazo. Si no llegan...

Ojalá, en cualquier caso, el Huerva pase a ser un patrimonio natural del que todos los zaragozanos se sientan, muy por encima de su actual indiferencia o desdén, muy orgullosos.