¿Por qué siempre, tarde y mal? El Ejecutivo español no sabe. Porque pensar que no quiere, es muy fuerte. Mientras países del entorno como Francia, Portugal, Italia o Alemania están aplicando medidas para paliar los efectos de las desmesuradas subidas de la luz, el gas, los combustibles y la cesta de la compra, España sigue sin responder a las necesidades de los españoles. Aquella vieja máxima del «todos a una», está muy bien, pero, además de trazar una hoja de ruta a nivel UE, son necesarias las soluciones de Estado. Verdad que el precio de los carburantes ha bajado esta semana, pero acumulan una subida de entre el 23% y el 33%. Esos 500 millones de euros para la bonificación del gasóleo profesional, acordados con la patronal del transporte, son insuficientes. Normal que la plataforma minoritaria convocante de las últimas marchas diga que no se sienten representados y demanden otros acuerdos para no volver a trabajar perdiendo dinero. Urgen acciones para reducir ese duro golpe en los bolsillos de los consumidores, los de los transportistas y los del resto de la ciudadanía. Si no saben hacerlo, fíjense en países como Alemania, que acaba de anunciar un gran plan de choque de 13.000 millones de euros para ayudar a las familias a soportar esta gran crisis energética: 300 euros a cada contribuyente, además de una ayuda única de 100 euros por hijo (200 en el caso de familias con bajos ingresos), reducción del precio de los combustibles para todos, entre 14-30 céntimos durante tres meses, y ayudas para trabajadores que empleen el transporte público. Si hay que aprobar presupuesto suplementario para levantar el país, se hace, aunque con quitarnos del medio a unos cuantos asesores fantasmas sería suficiente.