El Periódico de Aragón

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José Mendi

¡Viva ‘Cripto’ Rey!

Los revolucionarios quieren convertir el dinero digital en ‘criptonita’ terminal contra el Superman del capitalismo

Cualquier elemento extraño, ajeno, escaso y misterioso nos atrae. Es lo que me llevó a estudiar la inteligencia humana. La irreprimible tentación de lo prohibido solo es superable por la irresistible imaginación de que algo pertenece a la exclusividad de lo indescifrable. Al fin y al cabo, los deseos siempre han sido más fuertes que las tentaciones. En cambio, la incitación de lo oculto es directamente proporcional a su inaccesibilidad.

Si la arruga fue bella con la ropa de Adolfo Domínguez, en psicología nunca pasa de moda. Lo enrevesado rige el comportamiento de las personas con la normalidad de lo cotidiano. La racional y lógica navaja de Ockham suele perder la batalla ante los misiles de la conspiración. No solemos formular hipótesis para explicar los comportamientos de nuestros congéneres. Los humanos emitimos, con certeza infalible, que «por algo será». Como creemos saberlo, exhibimos una sonrisa malévola llena de perspicacia, que contiene el veneno que hemos cocinado a pensamiento lento durante meses.

Si nadie nos pregunta al respecto, porque quizás a nadie le interese, nos sobra la confirmación propia de una sentencia de culpabilidad, que ya habíamos dictado antes de que se cometiera el crimen psicológico. No hay más preguntas, nunca las hubo, ni las habrá, porque no necesitamos, ni queremos saber, las razones de los demás. No sea que un inocente sea tan indecente de llevarnos la contraria.

Los otros son seres retorcidos, que confabulan contra nosotros, cuando opinan de forma diferente. Los compañeros de trabajo son artistas del peloteo que odian nuestra habilidad, por lo que nos quieren birlar el puesto. Los demás envidian la simpatía y brillantez de nuestros hijos, mientras soportan el terrorismo infantil de sus torpes criaturas. El beneficio de la duda es efímero frente al «piensa mal y acertarás». Un refrán que hemos atribuido falsamente a Maquiavelo, para maquillar tan ominoso dicho con su firma de pensador. Damos categoría divina a las conspiraciones que explican el Universo gracias a un creador todopoderoso.

¿De verdad era necesario idear un ser fantasioso que justificara nuestra existencia? Como afirmó el cosmólogo británico Stephen Hawking: «No hay nada al sur del Polo Sur, así que no había nada antes del Bing Bang». Demasiado sencillo y racional como para admitirlo, así que ¿por qué no inventarnos religiones absurdas con explicaciones increíbles? La psicocriptología, de existir, analizaría las claves ocultas de nuestro comportamiento.

Tendría más morbo, y seguro que más adeptos, que la psicología. Aunque siento decirles que hacemos lo mismo. Estudiar el comportamiento visible de las personas es más científico y útil que interpretar el esotérico. Es mejor para los pacientes que les desenmarañemos conductas anudadas, que explicarles supuestas razones de una «teoría de cuerdas» de su cerebro.

La economía también ha sucumbido a la nave del misterio. No es que conozcamos ahora dónde está el dinero. Desde luego no en los bancos. Antes sabremos si existen infinitos pares de números primos gemelos.

El bitcóin es el nuevo mesías monetario y ya tiene discípulos coin-cidentes. Algunos inversores han alcanzado el orgasmo del beneficio a través de sus relaciones sexuales con esta moneda. Los famosos cointos. Otros la adulan, esperando su salvación en una nueva vida de opulencia. En sus ceremonias de adoración gritan como posesos: «¡Viva Cripto Rey»! Los revolucionarios quieren convertir el dinero digital en criptonita terminal contra el Superman del capitalismo.

Tenemos al emérito en España, pero no lo tenemos a él. No dormirá en Zarzuela pero podrá comerla. Viene más prescrito que proscrito. Y más indecente que inocente. El problema no es que venga, sino que vuelva tras convertir una «Bribonada» en bravuconada, disfrutando de su timón en Sanxenxo. No se reprimió ante tan atractivo viaje, aunque no escuchara la última ene de la localidad pontevedresa. Se reunirán el hijo, el padre y quizás orbite cerca el Espírito Santo absorbido por Abanca.

En Zaragoza, Azcón sigue de campaña sin desvelar sus últimas voluntades políticas. Tras los juramentos del pasado sábado, hoy tiene una iza de bandera con PAPEA. Le encanta apropiarse de los símbolos comunes en su ansiado paseo militar al Pignatelli.

El martes estuvo con Rajoy en el Principal, teatralizando su libreto Política para (corruptos) adultos. Un manual muy popular. Creo que el prólogo es de Villarejo. Lógico, una cloaca es una cripta llena de putrefacción.

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