Durante siglos, el Huerva fue un río que se orilló dejándolo fuera del entramado urbano y cuando se tiene contacto con él a nivel urbanístico es para contaminarlo o para cubrirlo. Como señala Manuel Ordóñez en un excelente trabajo en el Anteayer Fotográfico sobre el río Huerva, este se cubrió a petición de los facultativos de la Facultad de Medicina, creada a principios del siglo XX en la plaza Paraíso de Zaragoza, por el transporte de aguas pestilentes que podían originar problemas bacteriológicos en el hospital Clínico anejo a la facultad.

Ya por entonces se crean diferentes industrias en terrenos colindantes con esta facultad, como eran La Veneciana y la fábrica de sombreros de Gregorio Hernández que provocaban abundante contaminación en el río. Posteriormente, el desarrollo industrial en zonas próximas al Camino del Sábado y otras colindantes de la actual avenida Goya, aumentaron dicha contaminación.

Y ya en las décadas 50, 60 y 70 la creación de más de 800 pequeñas y medianas empresas en Cuarte y Cadrete arruinó las zonas de baño que se tenían, entre otras, en la Fuente de la Junquera, Siete Peñetas y Fuente de la Caña.

El control de sustancias peligrosas de la CHE que estudia los sedimentos en la estación de medidas de la Fuente de la Junquera, nos da valores en cadmio, níquel, plomo, mercurio y selenio de los más altos de la cuenca del Ebro, junto con el Zahorra en Vitoria.

Las consecuencias son que los baños en el tramo bajo del río están totalmente desaconsejados y por otra parte no se observan peces a lo largo de su paso por la ciudad cuando hasta los años 40 era normal contemplar anguilas y cangrejos autóctonos.

¿Es posible descontaminar el río en esta situación?

Se ve prácticamente inviable el dragado desde las zonas de Cuarte hasta su desembocadura en el Ebro. Conllevaría una movilización de sedimentos y generaría, muy posiblemente, una relación con el acuífero del Ebro que es donde se asienta la cuenca del Huerva y situado a escasos 15 metros en el último tramo de su recorrido, lo que llevaría consigo poner en grave riesgo la contaminación de las aguas subterráneas y su traslado hacia otras zonas de la cuenca.

Las empresas de cromados, barnices y pinturas han hecho del Huerva un río irrecuperable por al menos durante varias décadas más del siglo XXI. Lo único que cabe hacer es que la ciudad controle la multitud de vertidos y aliviaderos de aguas residuales que se tienen a lo largo del tramo urbano.

Cabe preguntarse si la vegetación abundante de cañas y carrizos pueden ejercer un filtro verde. De ser así, habría que hacer podas continuas para acelerar el proceso depurativo.

En el excelente trabajo que el arquitecto Carlos Martín dirigió en el 2012 en el Plan del Huerva, señala docenas de colectores que habría que sellar derivando sus aguas residuales a los colectores generales y directamente a la depuración de la ciudad.

Actuación del proyecto

La obra que se nos plantea, se realiza en una longitud aproximada de 600 metros entre el puente próximo a la clínica Quirón y el popularmente conocido como de los Gitanos.

Aquí surgen más preguntas. ¿Por qué este tramo y no otros como pueden ser los más próximos a San Agustín, Tenerías y Las Fuentes? A este ayuntamiento se le achaca actuar primero en las zonas más adineradas de la ciudad .¿Por qué en el tramo escogido no se inicia ya desde el Puente de los Cantautores, en la entrada del Parque Grande, y se lleva hasta el punto del cubrimiento sobre la Gran Vía?

Ya en el tramo escogido, para el acondicionamiento de unas viviendas que se hicieron en el final de las calles Viva España y de La Luz en esta primavera pasada no se ha podido ser más negativo. Se levanta un paredón que limita el pulso y la respiración del río, como en tantos lugares de su recorrido: Centro deportivo Salduba, antiguo Club de Tenis, hospital Miguel Servet, zonas escolares de los colegios de los Jesuitas y Marianistas así como de las urbanizaciones de la Fuente de la Junquera, Abdulas y Fuentes Claras .

Esta duele más porque se ha hecho apenas hace cinco meses, contraviniendo lo que es la recuperación del río Huerva y además se han plantado unos árboles que no son de ribera.

Renaturalizar o reurbanizar

En el proyecto, que recordamos es de una longitud de 600 metros, hay ya dos puentes y una pasarela y se plantean hacer cuatro pasarelas más. Tener siete pasos en el río en 600 metros nos parece una barbaridad. Creemos que con una pasarela más sería suficiente.

En el proyecto se tiene intención de eliminar toda la vegetación invasora. Nos parece bien, pero hay que tener en cuenta que al ser esta más del 50% de los árboles presentes, su eliminación de golpe puede representar problemas en la estabilidad de las orillas y quedar afectados los caminos de sombra que se desarrollen.

Movilidad y espacio de inundación

Nos parece uno de los temas clave del proyecto. La ciudad en ocasiones sufre crecidas extraordinarias del río. Se cita la que en septiembre del 1730 paralizó el flujo del Ebro en su desembocadura.

Tendría que encargarse al Servicio de Movilidad un estudio de esta arteria en el tramo desde el Puente de los Cantautores y cubrimiento del Huerva. Ver la posibilidad de eliminar aparcamientos en las dos orillas, dejar la vía con cota cero, y si se actuase en la calle Ruiz Anglada, se podrían reducir pendientes y dotar de mayor sección hidráulica al espacio.

Participación

 El jefe de Proyectos del Ayuntamiento de Zaragoza nos animaba a expresar ideas sobre el trabajo del Huerva. La charla de este miércoles convocada en el centro Joaquín Roncal de la capital por Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción y Ansar tiene esta finalidad y esperamos que los ciudadanos participen en ella.