DELANTE DE TUS NARICES

El gran poema catalán

Daniel Gascón

Daniel Gascón

Uno de los rasgos sobresalientes de la creatividad española es el cultivo de los hechos diferenciales. Se trata de un ejemplo de colaboración público-privada, que permite crear tramas clientelares y barreras de entrada: el narcisismo de la pequeña diferencia tiene su rentabilidad, y ya dejaremos para más adelante los costes, como quien sube las pensiones y lo carga a la siguiente generación. En algunos casos se trata de magnificar las diferencias, en otras de volver específico lo compartido, y en los momentos más animosos se trata de inventar tradiciones ancestrales. Los territorios bilingües se presentan como monolingües, los que son monolingües ven las ventajas de volverse bilingües: hay incentivos para el carnaval. A veces el proceso genera contradicciones apasionantes: esta semana ha habido una polémica porque un escritor madrileño ha ganado un premio en catalán por un poema escrito originalmente en castellano y traducido al catalán. El escritor premiado, Jorge Fernández, dio el discurso en castellano, lo que puso sobre aviso a los más perspicaces. Luego concedió una entrevista al diario Ara donde decía que la obra, galardonada con el Premio Ciutat de Palma, había sido originalmente escrita en castellano. La Associació d’Escriptors en Llengua Catalana ha pedido medidas para evitar que vuelva a producirse una situación «insólita». Parece difícil trazar normas sobre la lengua en que uno piensa o imagina un poema, y no frente a la lengua en la que lo presenta. Es una intersección un poco extraña entre la lingüística y la metafísica. Cito a George Steiner, que no me dejará mentir: «En la oeuvre de Beckett a menudo no podemos afirmar con seguridad cuál es la lengua del Ur-texto y mucho menos de su génesis mental». Esto es aún más difícil en la era de Deepl y Google Translate, por no hablar de ChatGPT: para escribir la gran novela catalana no hará falta haber nacido en Mequinenza, como era costumbre hasta ahora. Se podrían buscar otras formas de evitar «concepciones» en lenguas equivocadas. La partida de nacimiento, los certificados de conocimiento lingüístico y los exámenes de limpieza de sangre tienen obvias limitaciones. En realidad, los promotores del catalán deberían celebrar este episodio como una conquista: si se trata de hacer que los autores escojan una lengua como vehículo de expresión literaria y se alienta el empleo de dinero público para ello, con el argumento de que se trata de una lengua minoritaria o minorizada, el galardonado cumple las características necesarias. Es cierto que en esa elección puede haber algo de impostura, pero también es verdad que la imitación siempre es una forma de homenaje.

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