FIRMA INVITADA

Aragón, epicentro del emprendimiento social

Irene Milleiro

Cuando me preguntan qué es un emprendedor social, siempre respondo lo mismo: es una persona que ha entrado en contacto con un problema social, una injusticia, un sufrimiento y lo ha sentido como suyo. Y está determinada a resolverlo con un enfoque innovador que puede cambiar la vida de muchas personas.

En Ashoka, la organización que dirijo en España, creemos que la fuerza de cambio más poderosa que existe es una idea nueva en manos de una persona con espíritu emprendedor. Con esta convicción, trabajamos en el campo del emprendimiento social desde hace 40 años en más de 90 países.

Nos dedicamos a identificar, conectar y apoyar a emprendedoras y emprendedores sociales que promueven soluciones sistémicas a los grandes retos sociales: la salud, la educación, la alimentación, el cambio demográfico, la crisis de la democracia y muchos otros. Son una red de casi 4.000 emprendedores sociales en todo el mundo, a los que conectamos entre sí, y apoyamos en lo que necesiten para aumentar su impacto. Además, creamos programas para desarrollar la cultura del emprendimiento social y animamos a jóvenes a que lancen proyectos en este campo y a emprendedores sociales en fase incipiente a que fortifiquen sus operaciones y puedan escalar su impacto para que todo el sector crezca y se fortifique.

Estos días visitamos Zaragoza, como parte de la Semana del Emprendimiento de Aragón, organizada por la fundación pública Aragón Emprende, escuchando a diez emprendedoras y emprendedores sociales que presentaron sus soluciones en el ámbito de la generación de empleo y la sostenibilidad. Estos emprendedores han participado durante 5 meses en el Desafío Ashoka Changemakers, un programa de incubación para emprendedores sociales en fase inicial que ha sido posible gracias al apoyo de Ikea España. Hemos elegido Aragón para este evento porque es una región con un ecosistema de emprendimiento social que está en alza y con una comunidad vibrante de emprendedores sociales que están trabajando incansablemente para crear un impacto positivo.

Las empresas tienen un rol importantísimo que jugar en la transformación social y con el Plan Allen que lanzó hace un año, Ikea lo está desempeñando contribuyendo a recuperación de la economía y la sociedad españolas tras la crisis del Covid-19, entre otros apoyando el emprendimiento social como palanca de generación de empleo y desarrollo sostenible. Las soluciones presentadas en Zaragoza abordan temas clave tanto para Aragón como para nuestro país, desde la repoblación y reactivación rural, a la agricultura y alimentación sostenibles, la economía circular y la inclusión de mujeres migrantes.

En Ashoka buscamos generar alianzas de cambio entre emprendedores sociales, empresas, administraciones públicas, universidades y otras instituciones, con el objetivo de abordar de forma creativa los grandes problemas sociales para hacer de este un mundo más justo y en paz. Por eso el evento de esta semana en Zaragoza ha sido tan importante: creemos que las alianzas forjadas entre esos emprendedores sociales llenos de entusiasmo y buenas ideas y el ecosistema emprendedor de Aragón servirán para reforzar todo el sistema de emprendimiento social en España. Pero sobre todo servirán para inspirar, aprender y generar cambios sociales positivos que nos lleven a un futuro más justo, inclusivo y sostenible. Lo necesitamos.

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