Un abismo de dientes torcidos

Laura Bordonaba

Laura Bordonaba

Que no sabe si quiere tener novio va a saber si quiere tener un crío con 16 años. Dos adolescentes sentadas en un banco charlaban con otro adolescente por videollamada. La que pronunció la frase parecía la amiga de la que intuí por la conversación, era una adolescente que estaba embarazada.

Cuando estudiaba EGB, el embarazo adolescente era un miedo recurrente. Aún recuerdo cuando, ya comenzado el instituto, en 1º de BUP, me encontré a una compañera que iba conmigo en 8º de EGB, embarazadísima. Recuerdo el estupor, mirar aquella tripa descomunal, hacer cábalas sobre cuándo había ocurrido aquello. También que pasó por mi lado intentando pasar desapercibida, y recuerdo que no la detuve, hice como si no la conociese, supongo que por evitarle preguntas. ¿Qué iba a decirle? ¿Qué tal todo, qué ha sido de tu vida estos meses?

Se llamaba Isabel, y tenía un año más que yo y un año menos que la chica del banco que no sabe si quiere tener novio. Isabel, que yo supiese, no tenía novio oficial. Puede que estuviera sola, y no tuviera una amiga que le dijese: no sabes si quieres novio, vas a saber si quieres tener un hijo. Nunca lo sabré porque no me paré a saludarla, y estos días, a raíz de un libro que estoy leyendo, pienso mucho en su soledad, en cómo se sentiría embarazada a los 15 años en aquellos primeros años noventa en un barrio y en una ciudad en la que era difícil esconderse.

Isabel tenía los dientes torcidos y solía llevar chándal azul con rayas blancas incluso cuando no había Educación Física. El día que la vi llevaba un jersey de lana color marrón. No me olvidaré nunca, aunque imagino que ella sí lo habrá olvidado porque seguramente mi cara ha pasado a formar parte de las personas que nos limitamos a mirarla sin preguntar, sin interesarnos por cómo estaba.

La historia de los vertebrados, libro de Mar García Puig, es un auténtico alegato en defensa y reconocimiento de la fragilidad a que muchas veces las mujeres se ven sometidas tras la maternidad, realizando un recorrido de la historia de la locura puerperal y exponiendo temas incómodos como la salud mental de las madres, el miedo, la vulnerabilidad, la exigencia, la ambivalencia, la culpa o el abismo que existe entre la esfera de lo productivo y la de lo reproductivo.

Qué decir del abismo que nos separó a nosotras aquel día. Una todavía niña, la otra caminando hacia una puerta que ya no podría cerrar, sola a sus 15 años, con los dientes torcidos y un jersey de punto marrón no apto para saltar el potro.

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