Opinión

José Antonio Martínez Val

Sariñena y su problema

El municipio no merece un gobierno que no dialogue o que vete a sus ediles

Observo con preocupación el devenir del ayuntamiento de mi pueblo, Sariñena, en estos últimos tiempos. Es preocupante que un equipo de gobierno sea incapaz de sacar adelante unos presupuestos ordinarios por la incapacidad de sus dirigentes.

En un gobierno de coalición se dialoga, se debate y se negocia hasta alcanzar el acuerdo necesario para aprobar las cuentas, la plantilla de personal y las bases de ejecución. Así se ha hecho siempre en este ayuntamiento porque nadie ha tenido nunca la mayoría absoluta. Y, aunque se tuviese, habría que hacerlo también.

Sin embargo, la hemeroteca nos recuerda unos hechos que demuestran que este PSOE de Sariñena es incapaz de gobernar en coalición. En 2007 a 2011 rompió el gobierno PSOE-PAR, entre 2019 y 2022 se deshizo de Ciudadanos, y ahora en 2024 salta por los aires el pacto PSOE-CHA.

En el año del primer mandato de Lorena Canales –en 2007–, una concejala con contrastada experiencia en el ayuntamiento abandonó la corporación ante la deriva que se adivinaba de ocultación de información, de modificación de actas de pleno, de pagos sin acuerdo del equipo de gobierno, de incumplimientos de acuerdos firmes y de desvío de subvenciones, entre otros. Así acabó el mandato de la alcaldesa siendo inhabilitada por sentencia judicial.

Cuando en un partido político con fuerte implantación territorial se otorga poder orgánico a una persona sin experiencia política, sin cultura democrática y sin una trayectoria contrastada con los valores de la izquierda se crea un liderazgo que, lejos de ganarse la credibilidad de los suyos, se parece más al dueño del cortijo que reparte y quita prebendas en función del interés personal.

Si esos modos y métodos se trasladan a una Administración pública como un ayuntamiento desde posiciones de gobierno se acaba ejerciendo el poder como un negocio particular.

Ahora, ante la falta de madurez democrática e incapacidad política del grupo del PSOE, no se le ocurre otra cosa a la mano que mece la cuna que pedirle a la secretaria que informe de la imposibilidad de votar en ese pleno a dos concejales. Nada menos que impedir el derecho a voto de dos representantes elegidos por el pueblo. Con la única finalidad de que solo sirva el voto del PSOE. Resulta pues que por tener familia trabajando en el ayuntamiento esos concejales ya no podrán votar nunca más los presupuestos.

¿Qué formación política ha tenido la portavoz del PSOE y para colmo diputada autonómica para urdir semejante artimaña?

¿Es consciente la señora secretaria de la deriva a la que la están llevando las personas que le piden que apoye semejante estrategia?

¿Se imagina alguien que el Letrado Mayor de las Cortes de Aragón leyera en el pleno de aprobación de los presupuestos de la comunidad autónoma que uno o varios diputados no puedan votar por tener algún familiar trabajando en algún departamento de la DGA?

Resulta de una bajeza impropia de un cargo público, que es el alcalde de todos, que se lancen argumentos de carácter personal hacia un trabajador con más de 30 años de servicio público con el único fin de desprestigiarlo y para esconder su incapacidad para gestionar el poder democráticamente.

Pues así estamos y hasta aquí nos han llevado, en un acto inmaduro de soberbia y prepotencia.

El PSOE de Sariñena ha roto todos los lazos del necesario entendimiento para que la vida local camine desde el entendimiento y colaboración de todos los grupos políticos del municipio.

Sariñena, el séptimo municipio más poblado de la provincia, no se merece un gobierno que no dialogue, que vete a concejales negando el derecho a voto, que despilfarre el dinero público fuera de presupuesto, que odie y ningunee a la representación sindical de los trabajadores y lo que es más triste, que el alcalde sea «manejado» y se deje.

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