La enfermedad de párkinson es el campo de estudio de la profesora Nunilo Cremades, que pertenece al Instituto de Biocomputación y Física de Sistemas Complejos de la Universidad de Zaragoza, en el que ha conseguido importantes avances, clave para poder descifrar cómo funciona una enfermedad tan compleja. Esta enfermedad «así como otras enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer, suponen uno de los desafíos socio-económicos más relevantes de la sociedad occidental actualmente debido al envejecimiento progresivo de la población y a la falta de tratamientos efectivos para combatir este tipo de enfermedades tan devastadoras» en palabras de la investigadora. Además de señalar el desconocimiento que todavía existe sobre sus causas, destaca que «las investigaciones que estamos desarrollado en mi grupo están ayudando a identificar las especies proteicas tóxicas y a esclarecer los mecanismos por los que se forman y causan muerte en las neuronas, lo que está permitiendo abordar nuevas estrategias para el desarrollo de fármacos contra esta enfermedad» lo que sin duda es un paso adelante muy importante. Sin olvidar que uno de los desafíos pendientes es la detección temprana.

La nominación a los premios Aragoneses del Año le sorprendió «ya que el tipo de investigación que hago es una investigación básica, a nivel muy molecular, en el campo de la biofísica de proteínas, por lo que es normalmente más desconocida y a veces difícil de entender su impacto y aplicación». Además, reconoce que también ha sido un honor y un orgullo, aunque también una responsabilidad y «un aliciente a seguir esforzándome por mejorar tanto en lo profesional como en lo personal. En general, para señalar que el mundo científico cada vez está más presente en la sociedad. Como mujer, porque esta visibilidad del premio puede animar a las niñas y jóvenes mujeres a emprender este camino».

MUJERES INVESTIGADORAS

Y es que no deja de ser relevante que las mujeres acceden a la investigación en igualdad de condiciones que los hombres, llegando a ser ya más del 50% de los estudiantes de doctorado en Aragón. Pero estas cifras no se traducen en los puestos de responsabilidad, ni tampoco en el de líderes de grupos de investigación, que en general ocupados por hombres, a pesar de, cómo señala Cremades, «estando nosotras tan capacitadas para dichos puestos como ellos». A veces, destaca la investigadora, «es decisión propia por la dificultad de compaginar estas responsabilidades con los cuidados de hijos o mayores y es aquí donde queda mucho trabajo por hacer para romper el techo de cristal, aunque se van dando pasos para el cambio». Un camino a recorrer que se hace con más fuerza con nominaciones como esta.