El Periódico de Aragón

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La 6ª jornada de Segunda

Más listo que el hambre. La crónica del Real Zaragoza-Sporting (1-0)

Un gol de Mollejo hace justicia para un Zaragoza superior que logra su primer triunfo en casa

Mollejo celebra el tanto de la victoria tras la decisión del VAR. JAIME GALINDO

El Real Zaragoza ha vuelto a casa. El conjunto aragonés se desquitó del tremendo sofocón sufrido en su último partido en casa y derrochó solidez y sobriedad para imponerse a un Sporting que nunca alcanzó el nivel de su oponente. Tuvo que ser con suspense, recurriendo al VAR y soportando un nefasto arbitraje. Por todo ello, el mérito es notable para un equipo que acumula dos triunfos consecutivos y que no solo parece haber ahuyentado definitivamente los fantasmas sino que transmite la sensación de haber encontrado un camino del que no tiene intención de desviarse.

El Zaragoza fue mejor, De principio a fin. Solo su habitual desacierto en el remate le privó de encarrilar pronto un encuentro en el que siempre propuso más y mejor que un Sporting sostenido sobre el plan de sacar de zona a los centrales zaragocistas y aprovechar el espacio a sus espaldas. Pero el Zaragoza, con el mismo once inicial que en Ponferrada, no tardó en detectar el asunto y situó a Grau aún más cerca de Jair y Lluís López. Casi como un central más.

Antes de los diez minutos, Manu Molina ya había estrellado un precioso lanzamiento lejano en el larguero para advertir de las intenciones de un Zaragoza decidido y directo que volvía a dejar la profundidad en manos exclusivas de Gámez, que sigue sin encontrar último pase cuando alcanza la línea de fondo.

Giuliano, en el segundo error de Izquierdoz en el primer cuarto de hora, apuntó mal al ejecutar un disparo franco cuando encaraba ya a Mariño, que desbarató sin mayores apuros otro intento a la media vuelta del argentino poco después.

Del Sporting apenas había noticias en ataque. De hecho, el primer acercamiento de los asturianos no llegó hasta mediado el primer periodo y fue a través de un cabezazo de Gragera, que flojo y demasiado centrado, murió manso en las manos de Cristian.

El ensayo, en todo caso, espabiló al Sporting, que adelantó la presión y dificultaba la salida de un Zaragoza que pedía a gritos mayor implicación en la tarea de Bermejo o Vada. El madrileño, siempre mejor cuanto más centrado está, lo intentó en dos ocasiones casi consecutivas sin superar a Mariño, que respiró cuando De la Fuente Ramos negó, justo antes del descanso, que Izquierdoz golpeara con la bota en la cara de Giuliano cuando era el último defensa. El VAR, incomprensiblemente, le dio la razón.

El partido ya le debía una al Zaragoza, que encaró la reanudación con la misma dosis de intensidad y energía. El cuadro de Carcedo se encuentra más a gusto cuando puede correr y dispone de espacios para ello. Mucho más, desde luego, que en un ataque estático que le cuesta un mundo. Así, corriendo, llegó el tanto de la victoria. Bermejo sacó el tiralíneas para explotar el desmarque de ruptura de Mollejo, que superó a Mariño con un disparo que se coló entre las piernas del meta. Pero el asistente levantó el banderín y desplazó la atención a la sala VOR, donde la escuadra y el cartabón negaron la mayor y otorgaron validez al gol. El suspense restó decibelios al festejo, pero La Romareda lo celebró a lo grande.

El tanto obligó al Sporting a dar un paso adelante y dejó el choque justo donde quería un Zaragoza que pudo sentenciar poco después. También a la contra y también con Mollejo como protagonista, pero, esta vez, su disparo se fue al limbo y, con él, la ilusión del zaragocismo por afrontar el resto de la contienda mucho más tranquilo.

El empuje de los asturianos hizo recular a los aragoneses, dispuestos ya en un bloque medio que permitía al Sporting llegar con cierta facilidad a las inmediaciones de Cristian. Djuka, en uno de los pocos errores de la zaga local, no apuntó bien poco antes de que Fuentes metiera el susto en el cuerpo al meta al estar a punto de marcar en propia puerta en un mal despeje de un centro desde la izquierda.

El Sporting apretaba pero dejaba huecos que, sin embargo, casi nunca aprovechaba un Zaragoza al que el balón le duraba demasiado poco. Los de Abelardo, que se apresuró a quitar del campo a Insua después de que el árbitro le perdonara la segunda amarilla, rozaron el empate con un remate franco de Gragera, que no supo aprovechar la indecisión de Cristian en la salida. 

Carcedo, que ya había refrescado el equipo con un triple cambio, recurrió a Azón en busca de control y piernas. Pero el cambio que mejor le sentó al Zaragoza fue el de Petrovic, que demostró cómo se puede ser determinante en diez minutos. Larra tuvo la sentencia, pero el inteligente ejército blanquillo, liderado por un Lluís López imperial, resistió con todos los honores.

Cristian Alvarez; Fran Gámez, Lluís López, Jair, Gabi Fuentes; Jaume Grau, Manu Molina (Petrovic, m.89); Bermejo (Puche, m.76), Vada (Larrazábal, m.76), Mollejo (Francho, m.76); y Giuliano Simeone (Iván Azón, m.83).

Sporting: Mariño; Guille Rosas, Insua (Bamba, m.72), Izquierdoz, Diego Sánchez; Pedro Díaz, Gragera; Juan, Zarfino (Cristo, m.72), Aitor (Queipo, m.65); y Djuka (Milovanovic, m.65).

Gol: 1-0 M.50, Mollejo.

Arbitro: De la Fuente Ramos (Comité de Castilla y León). Amonestó con tarjeta amarilla a Fran Gámez y Lluís López, por los locales, y a Insua, Guille Rosa, Izquierdoz y Pedro Díaz por los visitantes.

Incidencias: partido correspondiente a la sexta jornada de Liga de Segunda división disputado en el estadio de La Romareda ante unos 21.416 espectadores.

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