La opinión de Sergio Pérez

El año en que Bakis, Enrich y Vallejo colapsaron a la vez

Bakis, Enrich y Manu Vallejo han colapsado a la vez esta temporada. Fueron tres de los fichajes rutilantes para la delantera del verano y hoy están perdidos en la inmensidad de la nada. Al turco, La Romareda le pitó contra el Elche. A Enrich y Vallejo les ha pasado con Víctor lo mismo que con Escribá y Velázquez: casi no juegan.

Bakis, con la mirada perdida, busca un balón con Clerc detrás.

Bakis, con la mirada perdida, busca un balón con Clerc detrás. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA

Sergio Pérez

Sergio Pérez

El partido contra el Elche dejó dos fotografías principales. Una primera con un fondo preocupante: la extrema fragilidad que el Real Zaragoza mostró en los primeros 15 minutos de la segunda parte, en los que fue un muñeco de pimpampum y estuvo a merced por completo del Elche, que se adelantó y posteriormente perdonó. Y una segunda, feliz: el gol de Iván Azón, el segundo en tres jornadas, cocinado de manera individual en una muestra de pundonor, persistencia, coraje, actitud correcta y buena definición en el golpeo, limpio, seco y lleno de convencimiento.

El tanto de Iván Azón rescató al Real Zaragoza de la ciénaga en la que había caído y del momento más bajo de juego y de mayor debilidad colectiva desde que Víctor Fernández es el entrenador. El equipo necesitaba un gol y el nueve cumplió su función, a pesar de que en las últimas semanas ha pasado muchos minutos alejado de su posición natural por decisión técnica y, por lo tanto, ha podido pisar menos el área. Eso sí, se ha beneficiado de esta manera de jugar a correr, de contragolpear buscando los espacios.

Azón le marcó al Tenerife cuando el encuentro se había puesto más feo y Azón le marcó al Elche cuando las cosas pintaban bastos. Ahora mismo es el ancla ofensiva al que se está agarrando el Real Zaragoza para sobrevivir en un pasaje de la temporada muy complejo, con cinco puntos sumados de quince posibles y cada vez un pasito más cerca de la zona de descenso.

El resto de atacantes ha colapsado esta temporada. Excepción hecha de Mollejo, cuyo rendimiento y compromiso no admiten dudas, los demás delanteros llevan toda la Liga desaparecidos. El caso más llamativo es el de Bakis, al que Fernández mantiene como titular y que este domingo agotó la paciencia de La Romareda. Ya no es que no haga goles, su imagen de aparente indiferencia con el contexto que le rodea acabó sublevando al personal. Acumula deméritos sobrados para salir del once.

En una tesitura similar pero diferente se encuentran Vallejo y Enrich, a los que Liso ha adelantado como recurso ofensivo en las segundas partes. Ninguno de los dos ha contado para ninguno de los tres entrenadores de la temporada, lo cual habla bien a las claras de cómo están. El caso del gaditano es especialmente llamativo. Es una de las grandes decepciones del año. Ha perdido todo su duende y no tiene chispa. Sólo tiene 27 años. Siete más mayor, Enrich también se ha gripado después de una notable campaña en el Oviedo.

Así está el Real Zaragoza. Sin recursos ofensivos, más allá del amor propio de Azón y la aportación en goles de Maikel Mesa, que no en presencia ni juego, por el colapso conjunto de tres de sus rutilantes fichajes del verano para la delantera.