Medio litro de leche, tres yogures o una ración media de queso pueden suministrar el porcentaje del calcio que precisa a diario nuestro organismo. Otros alimentos como los frutos secos, las legumbres (sobre todo la soja), los cereales, los huevos, el pescado y las carnes lo contiene en proporciones menores, pero que permiten, en el conjunto de una alimentación variada, alcanzar las cantidades de calcio que precisa el organismo.