El Gobierno español se ha volcado en los preparativos del quinto viaje de Juan Pablo II a España. El Papa visitará Madrid durante los próximos 3 y 4 de mayo con el principal objetivo de proclamar santos a cinco religiosos españoles que vivieron durante el siglo pasado.

El cardenal de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Antonio María Rouco, calificó de "excelente" y "ejemplar" la colaboración del Ejecutivo en la programación de los actos, a pesar de las discrepancias sobre el conflicto de Irak. "El Papa no ha dejado a nadie fuera de la comunión de la Iglesia. La relación no ha variado nada. Espero que la crisis se resuelva pronto y que su visita no se vea afectada ni en su fondo ni en su forma por todo esto", agregó el cardenal.

El portavoz de la CEE, Juan José Asenjo, agradeció al Ministerio de Defensa el préstamo del aeródromo militar y sus instalaciones de Cuatro Vientos, donde en la tarde del sábado 3 de mayo el Papa espera reunirse con unos 300.000 jóvenes. "O más. Confiamos en el movimiento juvenil de la Iglesia", apuntó Rouco.

Los obispos españoles, que recibirán y despedirán al Papa a pie de avión en Barajas, también agradecieron la profusión de medios comprometidos por los ministerios de Asuntos Exteriores, Interior y Presidencia, la comunidad y el ayuntamiento de Madrid, así como RTVE, que transmitirá todos los actos. Recibirá especial cobertura el de la canonización, el domingo, en la plaza de Colón, al pie de la megabandera española.

Está previsto que el Papa reciba en audiencia al Rey, al presidente del Gobierno y, "quizás, al jefe de al oposición", según Asenjo.