La misión, con un coste de 260 millones de dólares (215 millones de euros), no había dado ningún problema en sus 27 meses de trabajo. Incluso la última corrección de trayectoria, el lunes, había funcionado a la perfección. "Está donde se había previsto", declaró entonces uno de sus responsables. Aún se desconoce la causa del suceso.