Los 320 diputados que acudieron ayer al pleno del Congreso dieron su voto favorable a la ley contra los malos tratos elaborada por el Gobierno socialista. Hasta los miembros del PP se sumaron al consenso. Y eso a pesar de que han sido los más críticos con el texto. La norma, que endurece las penas a los agresores y ofrece una batería de ayudas sociales y laborales a las víctimas, entrará en vigor a principios del 2005 tras el visto bueno del Senado, donde todavía se pueden introducir algunos cambios.

Todos los grupos parlamentarios, incluido el PSOE, consideraron que la nueva legislación no será la varita mágica que acabe con una lacra social que ha provocado la muerte de 54 mujeres en lo que va de año. Sin embargo, insistieron en que el texto es necesario porque ayudará a combatir la violencia de género.

TIEMPO RECORD Lo que ayer ocurrió en el Congreso fue algo excepcional ya que la unanimidad del arco parlamentario --PSOE, PP, CiU, ERC, PNV, IU-ICV, CC y Grupo Mixto-- es un bien escaso. Tras la votación, el hemiciclo se convirtió en el escenario de felicitaciones, abrazos y aplausos, sobre todo en los bancos socialistas. Sin embargo, a pesar de la alegría por el consenso, todos los portavoces parlamentarios menos el PSOE reprocharon al Gobierno la "excesiva rapidez" con la que se ha tramitado la norma. Esta --una promesa electoral de José Luis Rodríguez Zapatero-- se ha aprobado en un tiempo récord ya que entró en el Congreso a finales de junio.

La unanimidad de ayer --fruto de unas negociaciones que se prolongaron hasta la noche del miércoles-- puede ser considerada como una victoria del PSOE. Sin embargo, hay matices. En un principio, el Gobierno estaba empeñado en considerar sólo víctimas a las mujeres maltratadas y a sus hijos, no así a ancianos y niños en general. Además, pretendía que se castigara con más dureza sólo a los hombres. Esta discriminación positiva cosechó fuertes críticas por parte de los jueces conservadores. Los magistrados progresistas tampoco lo veían con buenos ojos. El PSOE, pese a todo, impuso su criterio.

Sin embargo, para salvar posibles críticas de inconstitucionalidad, finalmente el Gobierno introdujo un cambio, que ha servido para limar asperezas. El texto ratificado ayer extiende el agravamiento de la pena no sólo a los hombres sino, en general, a los que maltraten a una persona "especialmente vulnerable" que conviva con el autor (o autora). Es decir, si un hombre maltrata a su compañera será castigado con la misma dureza que si una mujer lesiona, por ejemplo, a su hijo o a un anciano o minusválido.

El PP pretendía ir más allá y castigar con igual dureza todo tipo de violencia producida en el hogar independientemente de quien fuera autor y quien víctima. Al final, se han tenido que conformar con un punto intermedio.

PAIS PIONERO Tras la aprobación, el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, resaltó las virtudes de la norma y recordó que España se ha convertido en el "primer país de Europa" con una legislación similar. Además, calificó de "madurez democrática" el hecho de que todos los partidos votaran a favor.

Mientras, la diputada del PP Susana Camarero insistió en la "precipitación" a la hora de tramitar en el Congreso la ley, aunque justificó en la "responsabilidad" el voto afirmativo de su partido.