Expertos de 20 países tratan de calcular estos días en Madrid --desde ayer hasta el próximo 4 de julio-- cuántos ejemplares quedan del más apreciado y amenazado de todos los túnidos europeos, el Thunnus thynnus thynnus o atún rojo, llamado "el cerdo del mar" porque de él todo se aprovecha. Una especie que, si las cosas siguen como hasta ahora, puede convertirse en no demasiado tiempo en un simple recuerdo para el paladar humano. Tras la clausura anticipada por parte de la Comisión Europea (CE) de la temporada de pesca de este animal en aguas del Mediterráneo, los miembros del comité científico de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICAAT), harán una especie de censo y, después, recomendarán qué decisiones deben tomarse para que la especie sobreviva.

PROPUESTA DRÁSTICA Según diversos expertos que ayer participaron en la sesión inaugural de esta reunión, existe cierto consenso entre los científicos de que esto no puede seguir así, de que hay que proponer algo drástico, algo como el cierre de la pesquería de atún rojo, durante dos o tres años. Cuestión distinta es el impacto que esta recomendación pueda tener. Los resultados del encuentro del comité científico del ICAAT --una organización intergubernamental creada en 1969 para detener el declive de la población de atún rojo, algo que no ha conseguido hasta ahora-- se discutirán después en otras dos reuniones, una entre septiembre y octubre y otra, más importante, que probablemente se celebre en Madrid o Barcelona a mediados de noviembre.

De acuerdo con el responsable de pesquerías de WWF-Adena, Raúl García, los científicos de este organismo "ya dieron un ejemplo de valentía en el 2006", cuando se celebró una reunión idéntica a la actual, que tiene carácter bienal. Entonces, recuerda García, los expertos no se plegaron a las presiones de sus respectivos gobiernos para que "disfrazaran la realidad" y hablaron de situación límite, de un fenómeno que estaba fuera de control, y de que había que adoptar medidas de conservación mucho más estrictas para que esta pesquería no desapareciera para siempre.

De poco sirvió. La CE impuso cuotas máximas permitidas, sí, pero las del 2008 --unas 28.000 toneladas para todos los países-- están muy por encima del máximo de 15.000 que aconsejan los científicos. Desde los años 60 y 70, cuando el sushi y el sashimi se hicieron inmensamente populares --sobre todo en Japón, pero también en Europa y EEUU--, el denominado "cerdo del mar" es un animal cada vez más amenazado y cotizado. En Tokio, un atún rojo de buena calidad y cerca de 250 kilos de peso puede llegar a costar entre 20.000 y 30.000 euros.