El joven que ayer por la mañana apuñaló a tres compañeros en el instituto Las Fuentes de Villena (Alicante) e hirió a otros dos fue sometido a un examen psicológico antes de pasar a disposición de la Fiscalía de Menores para evaluar la posibilidad de que sufriera un brote psicótico.

Los investigadores exploraban ayer esta opción al no haber podido confirmar que la agresión fuera un caso de violencia de género o que el joven sufriera algún tipo de acoso.

Los hechos se produjeron pasadas las nueve de la mañana en una clase de Historia de un grupo del bachillerato de Humanidades. Fuentes conocedoras de los mismos, explicaron que un alumno de 17 años perteneciente a ese grupo entró en el aula 20 minutos después del comienzo de la clase, dando un fuerte portazo y armado con un cuchillo de cocina.

En medio del revuelo que se formó, apuñaló a una chica y varios de sus compañeros se abalanzaron sobre él para conseguir reducirle, cosa que lograron aunque dos de ellos también fueron acuchillados y otros dos sufrieron heridas leves. Pocos minutos después llegó al centro la Guardia Civil que detuvo al agresor. El joven que logró placar en un primer momento al agresor, y que recibió también un corte en el abdomen, explicó a los medios que las técnicas de las artes marciales que practica le ayudaron a hacerlo. Contó que aprovechó un momento en el que «miraba para otro lado» para derribarle. El muchacho tiró al garesor al suelo y le preguntó: «¿Qué estás haciendo?».

Aunque admitió que algunos compañeros le recordaban al agresor las buenas notas que sacaban, descartó que sufriera acoso pero sí que mantenía «pocas relaciones sociales». Según pudo saber este diario el menor no había denunciado previamente ante las autoridades educativas ningún tipo de acoso escolar.

«Primero lo he visto a las ocho de la mañana en el parque que hay enfrente del instituto pero sin cuadernos ni libros. Le he preguntado si no iba a entrar a clase y me ha dicho que se tenía que ir al médico», explicó el muchacho. Según narró, cuando después irrumpió en el aula, «miró a la clase fijamente, sacó un cuchillo y empezó a armar el alboroto» para, acto seguido, intentar «hacer daño».

CRISIS DE ANSIEDAD

La profesora que estaba al frente de la clase sufrió una crisis de ansiedad, igual que algunos de los alumnos y un equipo de psicólogos acudió al centro para atenderlos.

En un primer momento las clases se interrumpieron y los menores fueron concentrados en el gimnasio y el patio pero poco a poco se fueron reestableciendo las clases. Aun así, la dirección del centro dio permiso a los alumnos de bachillerato para que lo abandonaran y muchos de ellos lo hicieron tras venir sus padres a recogerlos.