Azucena Martí Palacios (La Vall d’Uixó, Castellón, 1958) coordina la acción del Gobierno contra las adicciones.

-¿Por qué han decidido incorporar al plan la ludopatía?

-Porque es una realidad que llevamos abordando desde hace muchísimos años y había que darle ya presencia en todas sus vertientes.

-¿Cuáles son los objetivos?

-Por un lado, desde la Delegación del Gobierno tenemos una relación continua con las comunidades para establecer medidas de coordinación, dado que el juego presencial es competencia autonómica y, en algunos casos, de los ayuntamientos. Queremos llevar a cabo un abordaje común porque se puede caer en que una región tenga una normativa más proteccionista, pero el jugador haga unos pocos kilómetros y encuentre lo que busca en la comunidad vecina. Además, llevamos a cabo programas de prevención. Por último, en cuanto al juego on line, que sí es competencia del Gobierno, tenemos una relación fluida con la Dirección General de Ordenación del Juego como asistencia técnica. Nuestro objetivo es comunicar cuáles son las medidas más garantistas para la población en general y la más vulnerable, que en el caso del juego son los menores, las personas en riesgo de exclusión y los mayores.

-El plan incluye regular la publicidad y el Gobierno ha acordado con Podemos llevarlo a cabo. ¿Qué límites proponen?

-Estamos trabajando con Hacienda para que se restrinja la publicidad en horarios donde haya menores y población de la tercera edad. Además, queremos que no participen figuras relevantes del deporte o a nivel social. La Dirección General del Juego ya está ultimando el proyecto.

-¿Es partidaria de que se limiten las casas de apuestas?

-Hace unos días tratamos este asunto con los directores de salud pública de las comunidades y todos éramos unánimes en la necesidad de aprobar normativas que espacien las casas de apuestas entre sí y con los centros educativos. Algunos proponían fijar las autorizaciones en función de la población. Estamos barajando varias posibilidades, a ver si podemos hacer un documento común. Pero es competencia de los gobiernos autonómicos.

-¿Qué problemas crea la ludopatía actual, cuáles son las diferencias con otras adicciones como el alcohol?

-A veces se dice que el alcohol o el tabaco matan y entonces son más peligrosos. Pero yo hago la diferenciación al contrario. Es decir, hay muchas maneras de morir, una cosa es la muerte física, pero también está la muerte económica, la muerte de las separaciones, la muerte de tener un estatus social y perderlo… y todas estas muertes se dan en el juego, por eso se da riesgo de suicidio alto.

-¿Existe un perfil de jugador compulsivo?

-Existen patrones que pueden hacer que una persona tenga más o menos riesgo. Los factores son, de hecho, los mismos que para cualquier otra sustancia adictiva: la baja tolerancia a la frustración, la insatisfacción con la propia vida, vivir con niveles de angustia o ansiedad importantes... Aquellos que hacen que te refugies en la sustancia o el juego para evadirte de la realidad.

-¿Es más peligroso el juego ‘on line’ que el tradicional?

-Los juegos son más adictivos cuanto más participas en ellos y la recompensa es más inmediata. No crea el mismo tipo de adicción la lotería, donde el premio se obtiene a largo plazo o no y donde no puedes participar en el juego, que las tragaperras, donde el jugador tiene la sensación de que está participando en el azar. Además, en el juego on line el acceso es 24 horas al día, lo que también influye. La adicción a los videojuegos, por ejemplo, ha entrado por primera vez en la Organización Mundial de la Salud como enfermedad.

-¿Se ha detectado si hay un porcentaje significativo de menores que juegan burlando la ley?

-En cuanto a los menores, como es un tema que nos preocupa, en el juego presencial tenemos en establecer unos protocolos para no accedan de ninguna forma a las salas del juego. En las partidas o apuestas on line, la Dirección General está trabajando para diseñar claves que impidan su acceso, un tipo de pared, porque los estudios indican que cuanto más temprana es la edad de inicio, las personas tienen más vulnerabilidad de caer en la enfermedad.