Por alguna de esas ironías de la inteligencia artificial, disponemos de aplicaciones que encuentran en el océanos de los objetos perdidos nuestros teléfonos móviles. Los modernos collares de perros vienen con GPS integrados para no perder a nuestras mascotas, y en todo momento, absolutamente en todo momento, hay un satélite en algún lugar del firmamento que ubica nuestros movimientos. Yo misma me sorprendo cada vez que me monto en el coche y me sale un mensaje en el teléfono que me dice los minutos que tardaré en llegar a mi destino… pero … ¿y cómo lo sabe? ¿lee mi mente cuándo quizás ni siquiera yo se dónde voy?

Y es que de eso se trata. Tan ubicados. Tan localizados. Tan situados. Tan centrados … y nadie nos libra de perdernos por dentro. De no encontrarnos a nosotros mismos en lo cotidiano. De no encontrar la ruta para salir del conflicto, o de no reconocernos.

Es interesante recordar que lo de perderse es un acto individual. Intransferible. Nadie puede perderse por ti. Pero tampoco contigo. Perderse forma parte de tu propia aventura. Ni siquiera nadie se pierde de una forma similar a la tuya…. Porque no existen dos formas iguales de perderse.

¿Te ha pasado alguna vez? A mi me pasa muy de vez en cuando… Voy en piloto automático y a lo que me doy cuenta ya no sé dónde estoy. El paisaje que me rodea es similar y diferente. Todo me suena y nada reconozco. Quiero acceder a lo que conozco y no encuentro la forma.

En ese momento, me detengo. Siempre me ha llamado la atención cómo las cosas de cerca se ven mejor de lejos. O que las luces se ven mejor de noche. O que incluso a veces se ve mejor con los ojos cerrados.

Y es desde ahí, con los ojos cerrados, asomada a mi interior, cuando empiezo a caminar, haciendo el camino que decía el poeta.

Es en ese instante cuando recuerdo lo que hoy quiero compartirte: Solamente existe una forma de perderte: la propia. Así que no busques la forma de salir de ese laberinto existencial fuera de ti, porque el mapa lo tienes dentro….

Comienza el viaje. Sigamos el Hilo de Ariadna.

Bienvenidos.