5 costumbres españolas que vuelven locos a los extranjeros

Cada país tiene sus costumbres y tradiciones. Sus formas de relacionarse con otras personas e incluso de llevar a cabo ciertas rutinas, como la limpieza del hogar o la compra. En este aspecto, los extranjeros que visitan España suelen destacar ciertas actitudes propias de la cultura española, así como algunos electrodomésticos que rara vez se encuentran en sus países de origen.

Cuando los españoles salimos del país, ya sea por vacaciones u otros motivos, echamos de menos algunos artículos del hogar que se han convertido en indispensables debido a las necesidades que tenemos. Ya sea por el exceso de horas de luz o por las costumbres tan arraigadas desde hace tantos años.

Aunque hay muchas cosas que hemos normalizado, a los extranjeros les extraña sobremanera cuando visitan el país. A continuación, te mostramos cinco costumbres españolas que no se comparten en el resto de países del mundo.

Las 5 costumbres españolas

Usar persianas

Las persianas son el mejor aliado para proteger nuestras casas del sol y para mantener el calor que se genera dentro del propio hogar. Aunque nos parezca imposible vivir sin ellas, la realidad es que en el resto de países no utilizan persianas y les parece muy extraño cuando nos visitan.

Esto tiene dos explicaciones. En primer lugar, España es el país europeo con más horas de sol al cabo de un año, por lo que sirven como protección. La otra explicación tiene que ver con la religión, ya que los protestantes, que predominan en Europa, no tienen miedo a la ostentación ni a mostrar la pobreza de sus propios hogares.

Mientras que en España, históricamente un lugar donde ha predominado la ética católica, proliferan las conductas más introvertidas y que ocultan lo que ocurre en el interior del hogar.

Hablar a gritos

No es difícil identificar a un grupo de españoles fuera de España. Su tono de voz podría delatarles con facilidad. Y es que a los extranjeros les molesta el alto volumen que empleamos normalmente en las conversaciones. Sobre todo cuando estamos en lugares públicos, como el transporte o en restaurantes y bares. A pesar de que nos hemos acostumbrado, en la mayoría de estos el ambiente es ensordecedor.

El parón del mediodía y la siesta

España se para al mediodía. No por completo, pero casi. Los comercios echan la persiana durante dos o tres horas y vuelven a abrir a partir de las cinco de la tarde aproximadamente. Una tradición que se debe a la jornada de trabajo partida, impensable en muchos países europeos.

A esta costumbre se une otra todavía más arraigada y que llama la atención de los extranjeros. La siesta sirve como forma de descansar durante un pequeño lapso de tiempo y reponer fuerzas para el resto del día. Estas pueden ser cabezadas de 15 minutos o alargarse durante media hora o incluso una hora.

El precio en los supermercados

La dieta mediterránea cuenta con auténticos manjares a ojos de los extranjeros. En España los precios resultan asequibles si los comparamos con los precios en el resto de países, donde son catalogados, prácticamente, como alimentos de lujo. El jamón empaquetado, las aceitunas, los embutidos o el aceite de oliva son productos muy demandados y que los extranjeros no entienden cómo pueden estar tan baratos en los lineales de los supermercados.

Pan y aceite

Al ser productos más asequibles, están mucho más presentes en las comidas españolas. El pan es un acompañamiento indispensable en cualquier comida, por lo que en los restaurantes suele servirse como acompañamiento. Ya sea para untar, para montar tapas, hacer bocadillos o complementar platos.

El aceite de oliva, por su parte, es usado para cocinar. En otros países se usa mantequilla como sustitutivo debido a la escasez del aceite. Por ello, los extranjeros alucinan cuando ven la cantidad de recetas que pueden prepararse con aceite. ¡Y con sus excelentes resultados!