Entrevista

Loola Pérez: "Si no hay educación sexual de calidad la buscarán en la pornografía o los influencer"

La sexóloga y psicóloga insiste en que la curiosidad sexual es habitual en esta etapa de la vida y anima a los padres a "mantener la calma"

Loola Pérez en la sede del Instituto Sexológico Murciano.

Loola Pérez en la sede del Instituto Sexológico Murciano. / JUAN CARLOS CAVAL

Ana García

Los profesionales de la sexología han comprobado cómo en sus consultas cada vez llegan personas más jóvenes con problemas de adicción a la pornografía o padres que no saben cómo actuar al detectar que sus hijos consumen este tipo de contenido sexual. Mantener la calma y actuar con sentido común son los principales consejos que ofrece Loola Pérez, sexóloga y psicóloga colaboradora del Instituto Sexológico Murciano, quien comparte con La Opinión algunas de sus inquietudes y el origen de muchos de estos problemas.

"La pornografía es la gasolina de una persona que ya está en llamas. No cualquiera desarrolla una adicción"

¿Tienen los jóvenes actualmente un mayor acceso a todos estos contenidos con tanto dispositivo electrónico: móviles, tabletas, portátiles?

Los jóvenes tienen más dispositivos electrónicos a su alcance y, por tanto, tienen una vía de acceso ilimitada a la pornografía, pero también están viviendo en una sociedad en la que hay una hipersexualización de muchos contenidos audiovisuales que no son pornográficos, pero sí se nutren de las narrativas pornográficas. En series como ‘La que se avecina’, que son de consumo juvenil, se dicen de forma irónica cosas que un adulto puede interpretar pero que un niño o un joven no sabe porque no tiene esa capacidad. Hay muchas conductas que se copian o muchas creencias sobre la sexualidad que se extraen de contenidos que per se no son pornográficos como que el tamaño del pene importa, que hay que tener el pecho grande para gustar a un chico o el coitocentrismo, que nunca ha terminado de irse. Realidades que se reafirman. 

¿Cómo deben actuar los padres ante este tipo de consumo?

Los jóvenes y los adolescentes tienen curiosidad sexual, es algo que va muy ligado a esa etapa del ciclo vital. Lo primero que hay que hacer es normalizarlo porque forma parte de su desarrollo. Y lo segundo, hay que hablarlo. Aunque pueda parecer un tema incómodo o con el que muchos padres puedan sentir vergüenza, hay que hablarlo. Preguntarle, decirle que sabemos que esto te aporta algún tipo de satisfacción, pero eso no es la realidad. Los padres deben trabajar sobre todo el pensamiento crítico, no sólo en el consumo de porno, sino en otras representaciones de la sexualidad que se pueden ver en la cultura para que así sepan diferenciar entre lo que es ficción y lo que es realidad. Una ficción puede ser creíble, pero eso no significa que eso sea el sexo real. 

La curiosidad les puede llevar a ver por primera vez pornografía o a consumirla de forma esporádica, pero ¿qué hay detrás del abuso?

Una cosa es el consumo y otra cosa es el abuso. Cuando hay un abuso del visionado de pornografía hay que pensar que hay algo en el trasfondo de esa persona. Pueden ser rasgos de personalidad impulsivos, puede ser una persona con creencias distorsionadas sobre las mujeres o puede ser alguien con un déficit de empatía. El porno es la gasolina de una persona que ya está en llamas. No cualquier persona desarrolla una adicción, para ello se tienen que dar una serie de factores biológicos, psicológicos y sociales.

¿Cuál es el límite que separa el consumo del abuso?

El consumo sería más adictivo o compulsivo cuando éste interfiere en la vida diaria de una persona, cuando les genera malestar si no lo tienen o si presentan pensamientos constantes. Si la frecuencia con la que necesitan visionar porno es incompatible con su rutina diaria es que existe una adicción.

¿Confundir la ficción con la realidad es quizá el origen de muchos de los problemas que desencadena este consumo a edades tan tempranas, no?

El riesgo está en confundir que eso que se está viendo es lo normal y ahí tiene un peso muy importante la educación. Si no ofrecemos educación sexual de calidad y adaptada a la edad madurativa de cada persona poco podemos hacer y entonces recibirán esa información por otros canales como la pornografía, los influencer o una guía que esté incompleta.

¿Con qué edad de los niños deben alarmarse los padres si los ven consumiendo pornografía?

Educación sexual hay que hacer siempre, en todo momento. Cómo nos relacionamos mujeres y hombres, cómo nombramos las partes del cuerpo, con todo ello transmitimos información a nuestros hijos. Tienen que saber que si les pasa cualquier cosa nos la pueden contar, por grave que sea, que hay partes del cuerpo que no les debe tocar nadie sin su consentimiento, si no tienen que dar un beso si no quieren... Pero si no hablamos nunca con ellos, cuando sean adolescentes costará un poco más.