Expulsados de casa

La ONU reclama una vivienda social para una familia que vive en una tienda de campaña en Alicante

La pareja y sus dos hijos fueron expulsados de la vivienda adquirida por una empresa de apartamentos turísticos 

Naciones Unidas urge una solución al Estado y Barcala asegura que actuará "con la mayor celeridad posible"

La ONU urge a España una vivienda social para un matrimonio y sus dos hijos que viven en una tienda de campaña en Alicante.

La ONU urge a España una vivienda social para un matrimonio y sus dos hijos que viven en una tienda de campaña en Alicante. / RAFA ARJONES

Juan Fernández

Acampando en la calle con su mujer y sus dos hijos. Esta es la situación de Jan Halabrín, quien tuvo que abandonar su casa y buscar un sitio donde poder dormir el pasado 29 de junio, cuando su familia fue expulsada de la casa que habitaba por una empresa privada que tiene, entre sus planes, utilizar su inmueble para crear apartamentos turísticos en el centro de Alicante.

Naciones Unidas se ha hecho eco de la situación y ha solicitado al Estado la concesión de una vivienda social a la familia damnificada, alegando que esta medida debe llevarse a cabo "para evitar daños irreparables". La asociación Cometas y Sonrisas, junto con la aportación de la Unidad de Ayuda ante Desahucios, elaboraron un comunicado mediante un procedimiento de urgencia que fue rápidamente respondido por la ONU, entendiendo la "gran importancia del caso".

Francisca Moya Soler, presidenta de Cometas y Sonrisas, explica que la resolución de la ONU anuncia "una investigación por parte de su Comité" y solicita a España "la adjudicación a la familia de una una vivienda provisional". El escrito se realizó el pasado 25 de julio y, en cuestión de horas, Naciones Unidas solicitó la documentación de los damnificados así como una resolución de sus ingresos. Finalmente, el viernes 28 de julio se oficializó la solicitud al Estado español de un techo para Jan, su mujer y sus dos hijos.

En este sentido, el Ayuntamiento de Alicante, por medio del alcalde Luis Barcala, ha anunciado una "actuación de emergencia para buscar una solución con la mayor celeridad posible", alegando que ya ha tramitado el encargo a la concejala de Bienestar Social, María Begoña León Brotons.

Mientras se busca dar solución a este tema, Jan y su familia viven acampando en la calle, a más de 38 grados en los momentos de mayor temperatura, y resguardados de los rayos del sol por una lona que provoca un efecto invernadero. Con una única retribución de 960€ mensuales, procedentes de la Renta Valenciana de Inclusión (concedida desde el pasado mes de mayo), Jan decidió acudir a una tienda de deportes para comprar una tienda de campaña en la que cupiese toda la unidad familiar y acampar en el extrarradio de Alicante a la espera de una solución administrativa que les proporcionase una vivienda social.

Jan, enseñando el termómetro que marca 38 grados centígrados.

Jan, enseñando el termómetro que marca 38 grados centígrados. / RAFA ARJONES

Trotamundos

Jan Halabrín y su mujer llegaron a España tras encontrar trabajo en la albañilería. Tras haber pasado por Vic y Canarias, finalmente se instalaron junto con sus hijos en Alicante, lugar donde han permanecido hasta el día de hoy: "Salí de mi país para trabajar y encontrar una mejor vida". Sin embargo, perdió su trabajo en el año 2016 y, sin ingresos y ante la imposibilidad de encontrar trabajo, tuvo que recurrir a los servicios sociales contando su situación. "Desde hace seis años estamos en lista de espera para recibir una vivienda social del EVHA", comenta Jan, admitiendo que es una solicitud que ha renovado hasta en cuatro ocasiones. Con la ayuda de servicios sociales, tramitaron la Renta Valenciana de Inclusión y el Derecho de Emergencia Habitacional, sin recibir aprobación alguna de la ayuda de Emergencia económica solicitada.

Todos estos años, en cambio, ha dependido de la ayuda de amigos y vecinos que le iban dejando algo de dinero para poder vivir. Así subsistió junto a los pocos trabajos temporales que iba consiguiendo y con la poca chatarra que conseguía recolectar. Mientras sucedía esto, sus dos hijos siguieron estudiando: el mayor finalizó la carrera de Periodismo y la más joven, sus estudios de bachillerato.

Una vez concedida la Renta Valenciana de Inclusión, de 960€, lo primero que hicieron fue devolver todo el dinero prestado a amigos y vecinos. Posteriormente, cuando se enteraron de que iban a ser expulsados de su vivienda por una empresa privada que planificaba hacer una serie de apartamentos turísticos en el centro de Alicante, buscaron conseguir un piso de alquiler, topándose con la negativa de empresas, particulares e incluso del Proyecto del Ayuntamiento de Alicante de Alquiler Asequible, por no superar el salario mínimo interprofesional y por ser una pensión que no podía ser embargada.

Llegados a este punto, el 29 de junio Jan y su familia fueron expulsados del domicilio, obligados a buscar una solución de urgencia que ha consistido en acampar en el extrarradio alicantino durante todo el mes de julio, haciendo frente a las altas temperaturas provocadas por las olas de calor. A pesar de esto, Jan decide no tirar la toalla: "Llegará el día en que consiga un piso para mi familia, la esperanza es lo último que se pierde".

La movilización de Jan Halabrín ha sido clave para encontrar una solución para él y su familia. El contacto de Francisca Moya Soler, presidenta de Cometas y Sonrisas, fue solo el primero. También se pusieron en contacto con María Jesús del Sindicat de Barri de Carolines, quien les representa como abogada, y con María García, presidenta de Karam, asociación de ayuda al inmigrante. Ahora, esperan que la respuesta de la ONU facilite y agilice todos los trámites.