Familia Real

La mallorquina que se llevó a su casa la silla donde se sentó Felipe VI: "Solo quería sentarme donde se había sentado el Rey"

Rosa Alonso detalla en Palma cómo sustrajo de un restaurante el asiento: "Tuve la tentación, no fue premeditado"

"No fue premeditado, quería tener mi culo sentado donde se había sentado el Rey"

Matías Vallés

Matías Vallés

Rosa Alonso es mallorquina desde hace 36 años, después de haber nacido en Sotoserrano, municipio de la comarca de la Sierra de Francia en la provincia de Salamanca. No figura aquí por sus orígenes, sino por haber sustraído el pasado martes de la Vermutería San Jaime palmesana la silla en la que acababa de comer Felipe VI. "Quise sentar mi culo donde se había sentado un Rey. Ahora pido perdón por haber hecho algo que no debe hacerse".

Alonso tiene la intención de "hablar con el dueño del restaurante y devolverle la silla, pero me ha desbordado la noticia. Quiero pagarle o retornarla». Su deseo a medio plazo es que el mueble "pudiera ser subastado y que el dinero se destinara a una institución de niños con síndrome de Down».

-Pero la silla no es suya.

-Es robada, ese es el problema. Por eso me arrepiento de lo que he hecho, que en ningún caso ha sido por dinero.

-¿Qué pretendía, llevándose a casa una silla del popular restaurante del Paseo Mallorca?

-El motivo era personal, por la admiración y el respeto que siento por el monarca y por la Familia Real.

La mallorquina piensa que la difusión de la noticia favorece sus propósitos monárquicos. "Una vez que ha trascendido, quiero que se sepa que es una forma de dar la bienvenida al Rey y de agradecerle todo lo bueno que ha hecho por Mallorca y por Balears".

-¿Cómo se le ocurre a alguien apropiarse de una silla que no necesita?

-Tuve la tentación y lo hice, no fue premeditado.

Para lograrlo, el martes a mediodía "esperé casi dos horas a que Felipe VI se levantara de la mesa, a casi cuarenta grados. Yo venía de sacar la Primitiva en El Corte Inglés. Mientras ellos comían, iba de un lado a otro, disimulando para no llamar la atención de los escoltas. Me ayuda ser rubia".

Se acercaba el momento de la verdad. "Vigilo como un lince hasta que se marcha Nuestra Majestad, entonces cogí la silla como si fuera a ponerla en otra mesa, y cuando no miraban me la llevé a casa, el corazón me hizo pum pum todo el camino".

-¿Puede detallar como fue el trayecto hasta su domicilio, en las proximidades del restaurante?

-No es tan complicado. Crucé la calle y la Riera, seguí caminando, soy una mujer rubia que no levanta sospechas.

La imagen adjunta, captada ayer por la tarde en el salón del domicilio donde reposa la silla regia, muestra la forma en que Alonso trasladó el mueble hacia su casa. Nunca se imaginó verse metida en algo así, "porque es un hurto y yo jamás había robado. Todo lo que he encontrado por la calle se lo he entregado a la Policía, la última vez fue una cartera que contenía el móvil de un militar".

-Tiene suerte, fue usted indultada personalmente por la Reina Letizia, que el jueves se refirió a lo ocurrido con buen humor durante la recepción de Marivent.

-Me parece muy bien y me siento orgullosa de su reacción, en estos tiempos en que no se respeta a la Corona. A ver si gracias a esto vienen más los Reyes a Mallorca. Y si su agenda se lo permite, que conozcan también mi ciudad natal de Sotoserrano. Un saludo para su alcalde, Miguel Ángel.

Rosa Alonso muestra la forma en que trasladó la silla del Rey hasta su casa.

Rosa Alonso muestra la forma en que trasladó la silla del Rey hasta su casa. / B.RAMON MATÍAS VALLÉS

La silla del restaurante San Jaime asiste impasible a la escena desde el centro del salón, donde abundan las piezas heredadas por Alonso de su padre, anticuario y viticultor. "No puede compararse con el taburete de caoba que tienes delante, con más de quinientos años". Abundan las solicitudes para experimentar el asiento del Rey, pero ni el gigantesco gato negro que ejerce de centinela parece haberse enroscado sobre el fetiche de cuatro patas.

-¿Quién ha ocupado la silla desde que se encuentra en su casa?

-Hasta ahora se han sentado en la silla un fontanero que vino a casa y que ni se lo creyó, y su ayudante, ellos también tienen derecho.

La mallorquina niega que la sustracción de la silla de Felipe VI fuera un gesto de protesta. "Al revés, es una forma de darle las gracias a Felipe VI en estos tiempos de maltrato a la Corona, de división y de políticos que rechazan la invitación del Rey".

-A ver si ha dado ideas a la gente para que vaya robando objetos de famosos por ahí.

-Robarán el vaso de Nicole Kidman, no esto. Es una cosa loca que se me ocurrió en el momento.

Mientras explora una salida diplomática al conflicto de la silla, Alonso insiste en su fortaleza de ánimo. "Me siento superbién, pero con el miedo a pagar una multa, a nadie le gusta tener que hacerlo". Ha examinado el mueble hasta el punto de detectar una raspadura por el uso, ha establecido la relación de los coleccionistas con sus objetos más preciados. "La silla de momento se queda aquí. Insisto en que es un gran honor tener mi culo sentado donde el Rey ha puesto su culo".

El futuro decidirá, mientras Alonso bromea sobre los expertos que especulan que su intención era vender la silla del restaurante en Wallapop. "No quiero dinero, no lo necesito". Entretanto, acepta con deportividad el bullicio que se ha montado a su alrededor. "Soy una persona humilde y que se trata con todo el mundo, pero me preocupa únicamente la opinión de los más allegados, los demás que piensen lo que quieran. Solo me toca esperar tres o cuatro días a que pase la tormenta".