La Audiencia de Zaragoza comienza este lunes el juicio contra Fabio Miguel C. C., el joven vecino de la capital aragonesa que trató de degollar a su exnovia en el interior de un vehículo en mayo del 2019 en el camino del Pilón, en Miralbueno. Afronta 14 años y medio de prisión que solicita la Fiscalía y la abogada de la víctima, Mercedes Octavio de Toledo.

Si no hay cambios de última hora, el acusado va a mostrar arrepentimiento. Así se desprende del escrito de conclusiones provisionales que su abogado defensor ha remitido al tribunal provincial en el que, pese a ello, no acepta en ningún momento los hechos por los que está procesado como supuesto autor de un delito de asesinato. «Siendo reprochables los hechos y desde el más profundo arrepentimiento de, lo negamos rotundamente», manifiesta el letrado Eduardo Esteban Jiménez.

Destaca, en aras de una rebaja de una hipotética condena, que Fabio C. C. ingirió, antes de los hechos, speed y alcohol, lo que «anuló o redujo significativamente sus capacidades volitiva y cognitiva». Con respecto al cúter utilizado en la agresión, niega que hubiera una premeditación, sino que es la herramienta de su trabajo en una cadena de supermercados en la que se iba a incorporar esa misma noche. Asimismo, rechaza que las lesiones que produjo al conductor del autobús urbano que no dudó en bajarse del vehículo y salvar la vida a la víctima, las provocara él.

Relación rota

Cuando ocurrieron los hechos la relación sentimental se había roto. Hacía poco, pero la víctima había decidido romper el noviazgo, después de dos años. A pesar de ello, según señala el ministerio público, el procesado no aceptó dicha decisión e intentó reanudar la misma enviándole continuos mensajes de WhatsApp a Raquel, así como a la hermana de esta, en un intento de que esta última intermediara.

Así, la noche del 1 de mayo, desde las 00.41 horas hasta las 01.24 llegó a enviar 37 mensajes pidiéndole de nuevo reiniciar la relación y ella le contestó en tres ocasiones que no. Él le siguió insistiendo con frases como: «solo quiero darte lo que te mereces y me he equivocado» o «déjame arreglarlo», siendo contestado que no, mientras él le imploraba que la quería y que no sabía «hasta qué punto». Volvió a intentarlo sobre las 14.00 horas y nuevamente a las 18.00 y a las 21.00 horas. Al día siguiente no se dio por aludido y continuó, al igual que el día 4, intentando, según la investigación realizada por el Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón, averiguar donde se encontraba Raquel. A un amigo en común llegó a preguntarle si ella llevaba el anillo que le había regalado en su día. La tarde de los hechos, el 6 de mayo, la víctima accedió a quedar con él con la intención de recoger algunas pertenencias que tenía.