La Guardia Civil continúa tratando de dar con el responsable o responsables del asesinato de Javier, el vigilante de una plantación de cáñamo de Pleitas que fue abatido el pasado sábado tras descubrir a un grupo de personas intentando robar en estas instalaciones. Poco a poco van obteniendo las piezas del puzzle a encajar y así poder resolver el caso. Ayer supieron que en el crimen se empleó munición de caza. 

Los agentes del Equipo de Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Zaragoza ya se lo imaginaron cuando vieron el tipo de orificio en la espalda de la víctima y que el proyectil no había salido al exterior, sino que estaba alojado en el cadáver. Según pudo saber EL PERIÓDICO, la autopsia preliminar realizada en el Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) lo ha confirmado, si bien, como suele ser habitual en este tipo de hechos delictivos, los forenses tendrán que realizar un estudio radiológico para enumerar el número de perdigones, dónde se alojaron con exactitud y el recorrido de los mismos. Un análisis que permitirá, por ejemplo, determinar la distancia en la que estaba la persona que disparó con respecto de la víctima. 

Que sea munición de caza reduce el radio de búsqueda de los investigadores que, por las circunstancias que rodean a este asesinato, todo apunta a que no se empleó una escopeta de caza, sino una recortada. Más aún por el trágico final, ya que los ataques con este tipo de armas modificadas son especialmente letales. 

Todo ello es una información muy valiosa de cara a poder identificar a los sospechosos que, inicialmente, el autor del disparo iría con un grupo importante de personas que podrían formar un clan. 

También es importante en las pesquisas las declaraciones tomadas al dueño de la plantación, quien aseguró que no es la primera vez que intentan robar en el campo de cáñamo industrial que tiene en el término municipal de esta pequeña localidad de la comarca de la Ribera Alta en la que vive una treintena de personas. 

El mismo viernes, es decir, el día antes de la muerte violenta de Javier, que vivía en la zona pero que era natural de Tavernes (Valencia), hubo un intento de robo en un momento en el que se había recogido la cosecha y el cáñamo se estaba secando. De hecho, acudió el propietario junto a la Benemérita, ya que incluso se habían avistado una serie de furgonetas muy próximas al campo. La alerta saltó cuando la víctima vio que una de ellas se había adentrado en la plantación. Circunstancia que comunicó al propietario que, pese a ser de noche, fue al lugar, no encontrándose a nadie. 

El hallazgo del cadáver se produjo en la mañana del sábado junto a una acequia. El todoterreno en el que iba Javier parecía que había sufrido un accidente al salirse de la vía, pero no era así puesto que tenía un disparo en la espalda. Lo vio un ciclista. 

El robo de marihuana con bajo THC, es decir menos de 0,2 de esta sustancia psicoactiva, lo realizan algunos narcos porque lo emplean como sustancia de corte con marihuana normal para aumentar los beneficios en las ventas.