TRIPLE ASESINATO

Una estafa nigeriana, dos falsos militares americanos y tres hermanos asesinados: así fue el crimen de Morata de Tajuña

Los cadáveres aparecieron apilados, parcialmente quemados y con signos de violencia

Las dos hermanas enviaban dinero a falsos novios que conocieron por Facebook

Amelia, Francisca y Pepe, de izquierda a derecha. Los tres han aparecido muertos en su casa.

Amelia, Francisca y Pepe, de izquierda a derecha. Los tres han aparecido muertos en su casa. / CEDIDA

David López Frías

"Hace el bien sin interés alguno. Naturaleza alegre y optimista. No sabe decir que no. No se vence tan fácil. Odia a los mentirosos".

Así definía Amelia a su novio en las fotos que colgaba en redes sociales. Ella ya se lo había contado a todo el pueblo. Que, a punto de cumplir 70 años, había encontrado al amor de su vida. Y había llegado de la forma más inesperada: por Facebook. El tipo se llamaba Edward y era un militar norteamericano que le había entrado por redes sociales. Un flechazo. Un tipo, todo bondad, al que aún no conocía en persona porque estaba sirviendo en Afganistán. Ya llegaría el momento.

En el pueblo (Morata de Tajuña, Madrid) ya le habían advertido varias veces de que aquello olía a estafa. Pero ella se enfadaba. Y reaccionaba colgando las presuntas fotos de su novio por redes sociales, presumiendo de pareja. Fotos, porque esa era la única forma con la que, tras 6 años de presunta relación, se había comunicado con el supuesto militar norteamericano. Fotos y chat escrito.

Amelia compartía vivienda con su hermana mayor, Francisca, y con Pepe, el mediano, que sufría una discapacidad intelectual. Los tres aparecieron muertos este jueves en el interior de su vivienda. Los tres con signos de violencia, apilados y parcialmente quemados, Y, curiosamente, con la cerradura de la casa echada a cal y canto... desde dentro.

La estafa nigeriana

El crimen que conmociona al pueblo era una historia que ya tenía visos de acabar mal. Tres hermanos, procedentes de un pueblo de Ciudad Real- (Torre de Juan Abad), de entre 68 y 72 años. Francisca, Pepe y Amelia Pérez Ayuso. Habían residido juntos un tiempo en Madrid capital, en el barrio de Ciudad Lineal. Pero vendieron el piso para irse a vivir a las afueras. A un pueblo de poco más de 8.000 habitantes llamado Morata de Tajuña, al sudeste de Madrid.

Se mudaron porque querían tranquilidad, pero también porque necesitaban dinero. Y es que Amelia se había enamorado. Un presunto militar norteamericano llamado Edward que la había conocido por Facebook. Se comunicaba con ella en español, pero siempre por escrito y mandándole fotos. Ni una sola llamada telefónica. Ni una sola videoconferencia.

Las fotos del tal Edward pertenecían a Wesley Clark ex comandante en jefe de la OTAN.

Las fotos del tal Edward pertenecían a Wesley Clark ex comandante en jefe de la OTAN. / CEDIDA

Amelia creyó al tipo a pie juntillas, a pesar de que el 'modus operandi' es el de las famosas estafas nigerianas que ya explicó El Periódico de España, del Grupo Prensa Ibérica, el pasado mes de agosto, en el que timadores profesionales procedentes de Nigeria, conocidos como Yahoo Boys, se hacen pasar por militares americanos y, prometiendo amor o una fuerte suma de dinero, acaban vaciando las cuentas del incauto que pica el anzuelo al otro lado de la línea.

Un segundo novio

Amelia no sospechó. Empezó a enviarle dinero para sufragar diferentes gastos que al presunto militar le iban surgiendo. El amante en realidad no existía. Los timadores utilizaron la foto de un exmilitar estadounidense llamado Wesley Clark, ex comandante en jefe de la OTANque encontraron en Google. Y ella con eso tuvo suficiente.

Los hermanos, poco a poco, se fueron endeudando. Porque ella enviaba todo el dinero que ganaba al presunto militar. Y porque su hermana Francisca también picó en un timo idéntico. Otro pretendiente que compartía características con el supuesto novio de su hermana. Otro militar norteamericano, maduro y apuesto, que estaba sirviendo en Afganistán y se había enamorado perdidamente de ella. Este se hacía llamar Michael Sandford, aunque su página de Facebook estaba en ruso y escribía en un rudimentario español.

La foto del presunto novio de Francisca era de un señor de California.

La foto del presunto novio de Francisca era de un señor de California. / CEDIDA

Francisca empezó a actuar como Amelia. A colgar fotos de su amado en redes sociales... y a enviarle dinero para costearse diversas eventualidades que le iban surgiendo. Pero perder dinero a ese ritmo tiene consecuencias. Los hermanos se quedaron sin blanca y empezaron a pedir prestado a los vecinos, según han contado fuentes del pueblo a este periódico. 500 euros a este, 1.000 a aquel, 3.000 al otro.

Arruinadas

Sus conciudadanos les iban avisando de que estaban siendo objeto de una estafa, pero ellas reaccionaban enfadándose con los que les advertían. Pedían dinero y aseguraban que, en breve, les devolverían más de lo que les prestasen. Porque los estafadores iban haciendo su trabajo y prometían a las hermanas pingües beneficios si les iban mandando dinero.

Porque ese suele ser el mecanismo de estas estafas: prometen al incauto que le transferirán una cantidad ingente de dinero procedente de herencias u otros conceptos, pero que de momento necesitan recibir cantidades más pequeñas para ir sorteando aranceles y problemas burocráticos.

Algunos de los montajes que subían a Facebook: los tres hermanos y el falso novio.

Algunos de los montajes que subían a Facebook: los tres hermanos y el falso novio. / CEDIDA

Fue así como Francisca y Amelia se metieron cada vez más adentro de esta estafa. No dudaron en ningún momento de la veracidad de sus novios, a pesar de que ninguna de ellas había hablado nunca con ellos. Y la cosa se complicó cuando el presunto novio de Francisca murió.

Esa fue la excusa que dieron los estafadores para seguir recibiendo dinero. El militar del que se había enamorado la hermana mayor, había fallecido y tenía una fortuna de 7 millones de dólares que iba a transferirle. Los hermanos sólo necesitaban enviar un poco más de dinero para sortear las cuestiones legales, pagar los aranceles y los 7 millones serían suyos en breve.

Prestamistas

Ahí empezaron a pedir más dinero y ya no a vecinos, sino a gente menos recomendable, según fuentes próximas a la investigación. Acudieron a prestamistas profesionales. Uno de ellos era un joven pakistaní al que tuvieron alojado en casa y que acabó marchándose tras agredir a una de las hermanas con un martillo, al no haber recibido el dinero que les había prestado, según explican fuentes del municipio a El Periódico de España, del Grupo Prensa Ibérica. Le habrían pedido 60.000 euros.

Y hasta aquí. Porque la investigación sigue abierta sobre este escabroso crimen. Ninguno de los tres hermanos se había dejado ver por el pueblo en las últimas tres semanas. En un municipio tan pequeño, casi todos se conocen. Y ellos eran bastante conocidos. Amelia un día se encontró unas llaves y lo posteó en Facebook, colgando incluso su dirección, por si alguien las tenías que reclamar.

La Guardia Civil fue la que entró en el domicilio de los tres hermanos y encontró la macabra escena. Los tres hermanos asesinados, con signos de violencia, parcialmente quemados y apilados el uno encima del otro. Al principio, los investigadores manejaron la hipótesis del suicidio colectivo. Pero las pesquisas ya van por otro lado. Le pidieron dinero a alguien a quien no se lo devolvieron y ajustó cuentas violentamente.

Curiosamente, la vivienda ha aparecido cerrada con llave desde dentro. Ahora se trabaja en conocer más datos de la o las personas que perpetraron el asesinato, el auténtico móvil del suceso y cómo consiguieron salir, si es que de finalmente, y tal como se sospecha, se trata de un asesinato. El Ayuntamiento de Morata de Tajuña, por su parte, ha decretado luto oficial.