Caso Abierto - El Periódico de Aragón

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JUICIO EN LA AUDIENCIA DE ZARAGOZA

La fiscal eleva de 10 a 12 años la petición de pena por el secuestro del Badoo en Luceni

La víctima del secuestro sufrirá secuelas psíquicas de por vida, según los forenses

Candy, de espaldas, y Mohamed, de perfil, durante el juicio. ANGEL DE CASTRO

La fiscal del juicio por el caso del Badoo ha elevado este miércoles en la Audiencia de Zaragoza dos años la petición de pena para los dos acusados de secuestrar, golpear, robar y extorsionar a un empresario de Tudela el 4 de septiembre de 2019. Ahora, con este cambio en la calificación, motivado por la separación de dos delitos que antes estaban fusionados, Mohamed Achraf y Hedangeline Candy Arrieta se enfrentan a 12 años y 9 meses de cárcel, en lugar de a los 10 años y 9 meses que el ministerio público pedía inicialmente.

Ambos están acusados de tender una trampa a Julián L., que creyó que había ligado a través de la red social Badoo y bajó en tren a una cita con Candy en la estación de Luceni, en la Ribera Alta. Cuando se apeó era casi ya de noche y allí lo esperaban los dos imputados, según las acusaciones.

La mujer salió a recibirlo, mientras Mohamed, que estaba oculto, se acercó al empresario por la espalda y le golpeó en la cabeza con una llave inglesa. Después, lo ataron de pies y manos, lo metieron en el maletero de un coche y, tras amenazarlo de muerte, le conminaron a que les diera los números secretos de sus tarjetas.

No lograron extraer nada de dinero de sus cuentas porque no había fondos, pero le arrebataron 650 euros que llevaba consigo, así como pertenencias personales. Después lo soltaron, herido y desorientado, en un paraje deshabitado cerca de Pedrola, según la versión de la fiscal y de la acusadora particular Cristina Gracia, del despacho de Cabrejas Abogados.

Marcas de bridas en las muñecas

En la sesión del juicio de hoy, la tercera y última, han intervenido dos médicos forenses que han asegurado que Julián L., de unos 55 años, sufrirá secuelas mentales de por vida. El miedo que la víctima sintió durante su secuestro, han dicho los expertos. Afecta a su actividad profesional y a su vida cotidiana, bajo la forma de estrés postraumático, "de manera permanente".

Además, el empresario navarro sufrió numerosas lesiones, desde el golpe propinado en la cabeza hasta la fractura del hueso peroné, pasando por distintos tipos de heridas en los brazos, las piernas y las manos.

"Dos meses después del secuestro todavía se le notaban las marcas que habían dejado en las muñecas las bridas de plástico duro con las que fue maniatado", han explicado los forenses. "Eran unas marcas que trataba de taparse, como si se avergonzara", han afirmado.

Un rastro en las redes sociales

En la nueva sesión de la vista oral han participado asimismo responsables de la Guardia Civil que han relatado que la pistola con la que fue amenazada la víctima es un arma detonadora similar a las que emplean los agentes de la Benemérita, "en perfecto estado de funcionamiento" y que parece una pistola real.

Otros técnicos de instituto armado han indicado cómo pudieron seguir el itinerario de los secuestradores, el día de los hechos, gracias a que Mohamed llevaba una pulsera de control telemático tras haber protagonizado un caso de violencia machista hacia su pareja de entonces.

Finalmente, otros agentes de la Guardia Civil se han referido a cómo avanzaron en la identificación de Candy apoyándose en Badoo, Facebook e Instagram. "Su relación con Mohamed empezó en junio de 2019", han manifestado, es decir, tres meses antes del secuestro.

El abogado defensor de Hedangeline Candy Arrieta, Juan Manuel Martín Calvente, ha solicitado su absolución. Ha sostenido que la mujer vivía atemorizada en un antiguo taller mecánico de un polígono de Pedrola en el que Mohamed desarrollaba su existencia, sin una ocupación clara, si bien tramitaba un permiso para un lavadero de coches. Además, el letrado ha alegado que ella sufría malos tratos continuos. "No tuvo ninguna participación en los hechos", ha concluido.

En cuanto a la abogada defensora de Achraf, Ana Villanueva, del despacho de Carmen Sánchez Herrero, ha solicitado para su cliente dos años de cárcel y seis meses de multa, con una cota diaria de seis euros, por los delitos de robo y lesiones. De forma inesperada, el acusado reconoció los hechos el primer día del juicio, si bien él y su compañera acumulan 46 años de cárcel por otros dos secuestros realizados siguiendo el mismo esquema que en Luceni, uno de ellos el de un informático de Guecho (País Vasco) al que asesinaron y enterraron en estado agónico en un descampado.

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