Coordinadora del Espacio EntreMujeres de la Fundación Isabel Martín (situado en la calle San Vicente de Paúl, 45), que se inaugura hoy. Se trata de un lugar destinado al diálogo entre personas de diferentes culturas.

—¿Qué es este espacio EntreMujeres?

—Es un espacio de diálogo e interculturalidad, lo que pretendemos es, por lo tanto, fomentar el diálogo entre personas de diferentes culturas de toda la ciudad y en concreto del barrio de la Magdalena que es donde nos ubicamos.

—¿A qué necesidad responde la creación de este espacio?

—La Fundación Isabel Martín lleva trabajando en proyectos de cooperación internacional con mujeres muchos años y hubo un momento en el que se organizaron unos foros en los que mucha gente expresaba que había muchos espacios para la gente de otras nacionalidades que llegaba nueva a la ciudad para hacer cursos pero no existía un espacio donde poder simplemente charlar, dialogar y comunicarnos.

—Lo cual es un problema de integración, ¿no?

—En concreto, las mujeres que vienen de entornos sociales con un poco más de dificultad y otras nacionalidades no tienen tanta libertad como para ir a un establecimiento o a un bar a charlar. Esto es un espacio de acogida para esas personas que lo necesitan o simplemente para una vecina del barrio que le apetezca charlar y no estar sola. También para conocer otras culturas que de otra manera quizá no nos acercaríamos tan fácilmente. En realidad, el objetivo del espacio es un poco utópico ya que es generar diálogo entre diferentes culturas para generar la paz. La fundadora de la oenegé, Isabel Martín, creía mucho en la comunicación entre las diferentes culturas.

—¿Interpreto que es un espacio dirigido a mujeres extranjeras?

—En realidad está dirigido a todas las personas de la ciudad, hombres y mujeres. Se llama Espacio EntreMujeres porque sí que creemos que hay mujeres que no tienen acceso a otro tipo de espacios de este estilo. Pero ya te digo, está abierto también para que gente de Zaragoza conozca otras culturas como la africana, la árabe...

—¿Dialogar con el diferente provocaría más empatía?

—Creo que sí, muchas veces por desconocimiento tenemos nuestros propios perjuicios a la hora de pensar cómo son otras culturas solo porque las desconocemos. Tener delante a gente que no piensa como tú o con costumbres distintas te puede enriquecer muchísimo y sorprender porque quizá entiendes cosas que de otra manera no lo harías.

—¿Con qué se darían por satisfechas dentro de un año?

—Si consiguiéramos realmente generar ese diálogo, que vinieran usuarias y se adueñaran del espacio, que fuera un lugar donde juntarnos una persona de raza gitana con una mujer de Senegal, con una persona cubana, con una de Zaragoza… y poder hablar de temas como la crianza, la sexualidad...

—La apertura va a ser una jornada de fiesta.

—Es una jornada de puertas abiertas para que la gente conozca el espíritu del lugar, habrá un picoteo de comercio justo, muchas actividades del mundo para los peques, un taller de percusión, magia, actuaciones del mundo…